Astrónomos de las universidades de Granada y Valencia y del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) creen poco probable que las ondas gravitacionales detectadas desde el Observatorio de Interferometría Láser de Ondas Gravitacionales (Ligo) procedan de la fusión de agujeros negros formados en el origen del Universo.

El IAC ha informado de que según un estudio realizado por astrónomos de esos centros esas ondas gravitacionales, predichas por Albert Eistein, tienen su origen más probable en agujeros negros generados en el colapso de estrellas.

A la luz de los descubrimientos del Observatorio de Interferometría Láser de Ondas Gravitacionales (Ligo) los astrónomos han considerado ambas alternativas en sus trabajos, explicó hoy a Efe el astrónomo del IAC y de la Universidad de La Laguna Evencio Mediavilla.

Este astrónomo, que ha liderado el estudio en el que se apunta que el origen de las ondas gravitacionales detectadas sea la fusión de dos agujeros negros generados por colapso de estrellas, añadió que en este trabajo, además, se descarta que el origen de la materia oscura proceda de agujeros negros formados en el origen del Universo.

La materia oscura, que representa en torno al 80 por ciento del total de la materia del Universo, tiene un origen desconocido y para su inicio se han buscado muchos candidatos, entre ellos partículas que se buscan desde hace más de diez años, indicó Evencio Mediavilla.

Una de las alternativas como origen de la materia oscura son los agujeros negros (primordiales) que se formaron en la primera época del Universo, algo que descartan Evencio Mediavilla y los también astrónomos Jorge Jiménez-Vicente y José Calderón-Infante, de la Universidad de Granada, y José Antonio Muñoz Lozano y Héctor Vives-Arias, de la Universidad de Valencia.

El estudio de estos investigadores ha sido publicado en la revista "The Astrophysical Journal Letters" y en él señalan que es poco probable que los agujeros negros primordiales sean tan abundantes como sería preciso para explicar tanto la materia oscura como el origen de las ondas gravitacionales.

Manifestó Evencio Mediavilla que la posible relación entre materia oscura y ondas gravitacionales se ha sugerido a partir de las observaciones de Ligo, pero, añadió, las nuevas investigaciones apuntan a que los agujeros negros primordiales no son su origen.

Para llevar a cabo el estudio los investigadores de centros españoles utilizaron el "efecto microlente", según el cual si existiera una cantidad apreciable de agujeros negros en los halos de las galaxias, alguno de ellos podría interponerse entre la trayectoria de la luz de un cuásar distante y la Tierra.

Por su gran masa, la gravedad concentraría los rayos de luz y provocaría un aumento en el brillo del cuásar. Este efecto, conocido como "efecto microlente", crece con la masa del agujero negro y su probabilidad aumenta según la abundancia de los mismos.

Es decir, aunque no pudieran verse los agujeros negros, serían detectados por el aumento del brillo de los cuásares.

El estudio liderado por Evencio Mediavilla indica que las estrellas normales como el Sol son, muy probablemente, las responsables del efecto microlente, y se descarta la existencia de una gran población de agujeros negros primordiales de masa intermedia.