El arzobispo de Brasilia, Sérgio da Rocha, fue ordenado cardenal este sábado por el papa Francisco, con quien comparte la idea de que la Iglesia debe volcarse en los más humildes, a los que ha dedicado la mayor parte de su sacerdocio.

"La Iglesia debe salir de la sacristía, ir al encuentro de todos y sobre todo de las personas que sufren con el desempleo, la pobreza y las enfermedades", declaró el pasado 9 de octubre, cuando supo de su nombramiento, que le llegó a la edad de 58 años.

Lo dijo durante la homilía de una misa que pronunció en la Parroquia de San José Operario, en una localidad vecina a Brasilia en la que visitaba a familias que habían perdido sus casas a causa de un derrumbe por unas fuertes lluvias.

Ese día también consideró su nombramiento como "una señal de misericordia y amor" del papa Francisco y aclaró que ser cardenal "no es ni debe ser una honraría, sino un servicio que necesita de la ayuda de los fieles y el pueblo para ser verdadero".

Sérgio da Rocha nació en 1959 en una zona rural de Matao, en el interior del estado de Sao Paulo, y fue ordenado sacerdote en 1984, en la iglesia de esa misma localidad.

Estudió filosofía y teología en la Pontificia Universidad Católica de Campinas y en la Facultad Salesiana de Lorena y tiene una maestría en Teología Moral por la Facultad de Nossa Senhora Assunção y un doctorado en esa misma materia de la Academia Pontificia Alfonsiana, de Roma.

En 2001 fue nombrado obispo auxiliar de Fortaleza por el papa Juan Pablo II y en 2007 el papa Benedicto XVI lo designó arzobispo de Teresina. En 2011, el mismo Benedicto XVI lo nombró arzobispo metropolitano de Brasilia, donde permanece hasta ahora.

Desde 2015, preside la Confederación Nacional de Obispos de Brasil (CNBB, por su sigla en portugués), a la que ha instado a volcarse a una "Iglesia misionera", que "abrace a los fieles y sepa sufrir con ellos".

Rocha se sumará mañana a otros cuatro cardenales electores que tiene Brasil, que por tener menos de 80 años pueden participar en un eventual cónclave para elegir al sucesor del papa Francisco.

Son los arzobispos Odilo Pedro Scherer (Sao Paulo), Raymundo Damasceno Assis (Aparecida), Orani João Tempesta (Río de Janeiro) y João Braz de Aviz, actual prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada

Brasil cuenta con otros siete cardenales, que por haber superado los 80 años ya no tienen derecho a participar en la elección de un papa.