La jerga, los vocablos y el lenguaje científico son el disfraz que con frecuencia utilizan las marcas comerciales para vender productos alimenticios y cosméticos detrás de los cuales "no hay nada de rigor", ha afirmado el profesor José Manuel López, autor del libro "Vamos a comprar mentiras" (Cálamo).

"Como ciudadano me fastidia que me tomen el pelo y como científico, que utilicen a la ciencia para tomar el pelo al ciudadano", ha resumido en una entrevista con Efe López Nicolás (Murcia, 1970), doctor y profesor de Bioquímica y Biología Molecular en la Universidad de Murcia.

El creciente aprecio de la sociedad por la ciencia, según recientes encuestas difundidas desde la administración del Estado, no tiene su debido reflejo en el conocimiento, que es "medio-bajo", lo que a su juicio aprovechan las empresas para, a través del "''marketing'' emocional", rentabilizar este rasgo de vulnerabilidad.

"El riesgo es que el consumidor, harto de comprobar que no existen resultados en lo que compra, se canse también de la ciencia, y esto es muy peligroso", ha añadido López Nicolás, miembro de varios proyectos de investigación en los campos de la bioquímica, biotecnología, nutrición y tecnología de los alimentos.

Esta aparente contradicción entre interés y desconocimiento "es entendible porque muchas veces los científicos nos hemos encerrado en nuestra torre de marfil sin explicar en qué consiste nuestro trabajo y en qué puede ayudar al día a día de las personas", ha reflexionado.

"La gente quiere conocer las especificidades de los productos, si sirven realmente para algo y si se gastan o no el dinero de forma adecuada", ha agregado el autor de "Vamos a comprar mentiras", segundo título de la colección Arca de Darwin, que la editorial palentino Cálamo ha dedicado a la divulgación científica y mañana presenta dentro de la 49ª Feria del Libro de Valladolid.

Cuatro ediciones del libro en poco más de tres meses avalan la tesis formulada por López Nicolás, autor del blog Scientia, en el sentido de que el ciudadano demanda conocimientos rigurosos "en un lenguaje directo, comprensible e incluso ameno, con cierto sentido del humor", como en su opinión ofrece este estudio que lleva por subtítulo el de "Alimentos y cosméticos desmontados por la ciencia".