Impulsar la participación de los jóvenes y de las comunidades indígenas, fomentar una mayor interacción con las estructuras locales de gobierno e intensificar la colaboración con el sector privado son algunas de las propuestas de la Declaración de Lima, adoptada este jueves en la capital peruana al término del IVº Congreso Mundial de Reservas de Biosfera.

Este documento, acompañado por un plan de acción, marcará las pautas del programa de la Unesco sobre el Hombre y la Biosfera (MAB) y de la gestión de su Red Mundial de Reservas durante los próximos diez años, informó el organismo en un comunicado.

La Declaración de Lima, adoptada por aclamación por los más de mil participantes de 120 países presentes en el Congreso, se propone además alinear la gestión de las reservas de biosfera con el programa de desarrollo de Naciones Unidas para 2030 y el Acuerdo sobre el clima alcanzado en París a finales de 2015.

El texto preconiza que las comunidades locales puedan desempeñar una función "más amplia y activa" en la gestión de las reservas y "nuevas relaciones de colaboración entre la ciencia y las políticas, entre la gobernanza nacional y la local y entre los sectores público y privado".

Además, el texto aboga por otorgar un mayor papel "a los grupos y organizaciones de ciudadanos, en particular indígenas, y a las comunidades de jóvenes" y por intensificar la colaboración con "instituciones científicas, como universidades o centros de investigación".

651 RESERVAS.

Actualmente existen en el mundo 651 reservas de biosfera de la UNESCO en 120 países. Se trata de sitios de importancia mundial para la diversidad biológica y cultural que representan a casi todos los tipos de ecosistemas de nuestro planeta y en los que se concilia la conservación de la naturaleza con su uso sostenible.

Así, otro de los propósitos de la Declaración es "identificar y designar una reserva de biosfera en cada Estado donde todavía no se haya constituido una".

"Gracias a las reservas de biosfera, las Naciones Unidas cuentan con un modelo único de puesta en práctica de iniciativas de desarrollo sostenible", declaró Flavia Schlegel, subdirectora general de Ciencias de la Unesco.

"Con la Declaración y el plan de acción adoptados hoy disponemos ahora de un marco que da cabida a todas las partes interesadas en su gestión: Estados, gobiernos locales, comunidades indígenas, jóvenes y sector privado", agregó.

La presente edición del Congreso Mundial de reservas de biosfera, organizada por la Unesco y el Ministerio del Ambiente del Perú a través del Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Sernanp), es la primera realizada fuera de Europa.

Durante cuatro días, la declaración y la estrategia se forjaron en una veintena de talleres y 13 eventos paralelos en los que se expusieron experiencias sobre el papel de las reservas de biosfera como agentes de lucha contra el cambio climático, la educación ambiental, el turismo sostenible como motor económico o la necesaria colaboración con las comunidades locales.

NUEVAS INSCRIPCIONES

Este viernes, 18, y el sábado, 19 se reúne, también en Lima, el Consejo Internacional de Coordinación del Programa MAB con el objetivo, entre otros, de inscribir nuevas reservas en la Red Mundial de la Unesco.

El Consejo examinará una veintena de candidaturas nuevas y se pronunciará sobre la extensión de reservas ya existentes. En total, se analizarán 32 candidaturas de 23 países: Argelia, Australia, Canadá, España, Filipinas, Ghana, Haití, Honduras, Indonesia, Irán, Italia, Japón, Kazajstán, Madagascar, Marruecos, México, Perú, Polonia, Portugal, República de Corea, Rumania, Reino Unido y Tanzania.

El año pasado, el Consejo Internacional de Coordinación del Programa sobre el Hombre y la Biosfera (MAB) añadió 20 nuevos sitios a la Red Mundial de Reservas de Biosfera de la Unesco, elevando el número total de éstas a 651 reservas (15 de ellas transfronterizas) repartidas en 120 países.

Entre ellas se encuentra la Reserva de Biosfera del Macizo de Anaga en el archipiélago de las Canarias, al nordeste de la isla de Tenerife, que abarca una superficie de 48.727 hectáreas y alberga especies animales muy diversas, especialmente reptiles, aves y peces, así como unas 1.900 clases de invertebrados.

Otro de los lugares añadidos el año pasado a la Red Mundial de Reservas de Biosfera de la Unesco es la reserva de Biosfera de la Meseta Ibérica (España/Portugal), que, con una superficie de 1.132.606 hectáreas, se extiende por las provincias españolas de Salamanca y Zamora, así como por las comarcas portuguesas de Tierra Caliente y Tierra Fría de la región de Trás-os-Montes.