Más de treinta ministros de Justicia y representantes de países africanos, asiáticos, latinoamericanos y europeos debatirán este lunes, 22, y el martes, 23 de febrero, en Roma sobre las perspectivas de abolición de la pena de muerte.

La cita está organizada por la Comunidad de Sant''Egidio, que, desde hace nueve años reúne anualmente a los ministros de países de todos los continentes para debatir sobre la pena capital. Tal y como advierten los organizadores, no se trata de un ejercicio académico o de un acto de celebración, sino de un espacio en el que, "en el espíritu de diálogo que caracteriza" las iniciativas de esta organización, se examinan los caminos posibles y realistas para una gestión más humana de la justicia.

Con el paso de los años se ha hecho "un largo camino", y son muchos los objetivos alcanzados por los congresos internacionales de ministros de Justicia organizados por la Comunidad de Sant''Egidio. Por orden de tiempo, el último país que ha abolido la pena de muerte ha sido Mongolia, el pasado 4 de diciembre, "gracias, entre otros, a este paciente trabajo".

Precisamente, este 22 y 23 de febrero el Secretario de Estado de Justicia de Mongolia estará en Roma junto a representantes de países que como El Salvador, Ruanda, Timor Oriental o Togo ya abolieron la pena de muerte hace tiempo; otros (República Centroafricana, Mali, Sierra Leone, Sri Lanka) han suspendido las ejecuciones y se han sumado a la votación de la Asamblea General de las Naciones Unidas a favor de la moratoria; mientras algunos, como Vietnam y Somalia, mantienen la pena de muerte.

"En un tiempo de guerra difusa, como el nuestro, invocar soluciones simplificadas y buscar chivos expiatorios, en nombre de la seguridad, puede parecer algo natural y puede granjear éxitos", explica la Comunidad de Sant''Egidio, que destaca que el terrorismo "eleva el nivel de violencia" y lleva a la opinión pública a posicionarse a favor o en contra, "e ir en contra equivale a suprimir, incluso físicamente, a quien es violento", subraya.

Destaca al respecto que las imágenes de ejecuciones bárbaras, como las que aparecen en vídeo del autodenominado Estado Islámico, "difunden en la sociedad una cultura de la muerte". "Es el desafío del terrorismo global: hacer propaganda del miedo", apostilla.

El congreso de Roma será así, una ocasión "importante" para dar apoyo y herramientas jurídicas a aquellos estados que estén iniciando el camino hacia la abolición o la suspensión de la pena de muerte. "Reafirmar la sacralidad de la vida y difundir una cultura de la paz puede quitarle terreno al miedo, que en este tiempo difícil corre el peligro de dominar las decisiones de muchos", concluye la Comunidad de Sant''Egidio.