Ni centros académicos públicos ni privados ofrecerán este curso carreras oficiales de tres años, una opción voluntaria para las universidades desde febrero y rechazada por sectores temerosos de que aboque a un sistema "3+2" (tres años de grado y dos de máster), pues sería más caro que el modelo actual.

Entre los motivos principales para no implantar ya estas titulaciones, según explicaron fuentes de las universidades a Efe, está la "precipitación" o la falta de tiempo para que la Agencia Nacional de Evaluación y Calidad de la Acreditación (Aneca) las verifique.

También porque prefieren acogerse a la "moratoria" hasta el curso 2017-2018 acordada por la Conferencia de Rectores de las Universidades (CRUE) en asamblea.

La Universidad Camilo José Cela (UCJC) fue la única que votó en contra de tal aplazamiento (otras cinco también privadas se abstuvieron), pues entendía que tiene capacidad de adaptarse a la nuevas posibilidades académicas de manera rápida.

Un mes antes, en enero, el Gobierno había aprobado el real decreto que flexibiliza la duración de las carreras y permite que haya titulaciones oficiales de entre tres cursos (180 créditos) y cuatro (240 créditos).

Hasta ahora las carreras superiores eran de cuatro años (antes del Plan Bolonia eran de cinco años), con excepción de las que habilitan para profesiones reguladas, de duración superior, que se mantienen.

Las de tres años podrán acompañarse de másteres de uno o dos años, según el caso, mientras que puede continuar la oferta actual de titulaciones de cuatro años, con uno de postgrado si se requiere ("4+1").

La decisión del Gobierno cuando era ministro de Educación José Ignacio Wert se basó fundamentalmente en el argumento de que la mayoría de países europeos tienen un sistema de carreras de tres años. Fue recibida, en general, con críticas de los partidos de la oposición, sindicatos, alumnos y rectores. Y sigue siendo ampliamente criticada por organizaciones de estudiantes y docentes, que incluso convocaron manifestaciones el curso pasado contra el que denominan "decreto 3+2".

Convierte a los grados universitarios, en su opinión, en cursos generalistas que "obligan" al alumnado a cursar másteres, cuyo precio por curso es más alto.

Wert y la que era secretaria de Estado de Educación, Montserrat Gomendio, insistieron en su día en que la norma no obliga a estudiar un máster.

las claves

Decreto 3+2. Los rectores consideran que la reforma obliga al estudiante a cursar un máster, cuyo precio es mucho más elevado que el de un grado.

Plan Bolonia. Con el Plan Bolonia las carreras superiores pasaron de cinco a cuatro años. Muchos de esos títulos aún tienen que ser verificados por la Agencia Nacional de Acreditación.