Geólogos dirigidos por Rick Ryerson, del Laboratorio Lawrence Libermore, han descubierto nuevos hallazgos sobre núcleo y manto de la Tierra, considerando sus firmas geofísicas y geoquímicas juntos.

Sobre la base de la concentración de oxígeno superior del núcleo, el equipo de Ryerson concluye que la Tierra debe haber acretado material que se oxida más que el manto de hoy en día, similar a la de planetesimales tales como cuerpos asteroidales.

Un planetesimal es un objeto formado de polvo, roca y otros materiales y puede presentar cualquier tamaño, desde varios metros hasta cientos de kilómetros, informa Lawrence Livermore en un comunicado.

La Tierra se formó hace unos 4.560 millones de años durante un período de varias decenas de millones de años a través de la acumulación de embriones planetarios y planetesimales. La energía suministrada por los impactos cada vez más grandes en la capa externa de la Tierra mantuvo un océano global de magma fundido. La separación gravitacional de metal y silicato dentro del océano de magma dió como resultado un planeta que se caracteriza por un núcleo metálico y un manto de silicatos.

La formación del núcleo de la Tierra dejó atrás firmas geofísicas y geoquímicas en el núcleo y el manto que se mantienen hasta nuestros días. En el pasado, los modelos de formación de núcleo sólo han tratado de abordar la evolución de las firmas de composición de manto y núcleo por separado en lugar de buscar una solución conjunta.

Mediante la combinación de petrología experimental, geoquímica, física de minerales y la sismología, el equipo encontró que la formación del núcleo se produjo en un océano de magma que no excedía de 1.800 kilómetros de profundidad, en condiciones más oxidada que la Tierra de hoy en día.

"Este nuevo modelo está en desacuerdo con la creencia actual de que la formación del núcleo se produjo en condiciones de reducción", dijo Ryerson. "En su lugar, encontramos que el océano de magma de la Tierra comenzó oxidado y se ha reducido a través del tiempo mediante la incorporación de oxígeno en el núcleo."

Encontraron que las concentraciones de oxígeno en el núcleo son más altas de lo que se pensaba y que las concentraciones de silicio son más bajas que las estimaciones previas. La investigación aparece en la edición de esta semana de Proceedings.