La genética se ha convertido en una buena aliada de los principales acontecimientos de la historia, pero no solo de la más reciente, sino de la antigua. Ahora, un equipo de investigadores ha logrado "rastrear genéticamente" las migraciones que desde África protagonizó el humano moderno hace miles de años.

En concreto, estos investigadores, liderados por científicos de la Universidad de Washington (EE.UU.), han analizado las variaciones en el número de copias del genoma (segmentos del genoma que se repiten o eliminan a lo largo de la historia) de 236 individuos de 125 poblaciones distribuidas por todo el mundo.

Luego, las compararon con datos de neandertales y de denisovanos ("Homo" cuyo hallazgo se anunció en 2010 y se encontró en Siberia).

En total, este trabajo identifica 14.467 variaciones en el número de copias en los genomas, pero no todas están presentes en todas las poblaciones, ha relatado a Efe vía telefónica Irene Gallego Romero, de la Universidad de Chicago y una de las firmantes de este artículo, que publica hoy la revista científica Science.

Entre esas variantes, los investigadores constataron que cinco de ellas eran compartidas por individuos actuales de Oceanía con los denisovanos (se ha sugerido que esta posible nueva especie de "Homo" vivió entre hace alrededor de 700.000 y 40.000 años).

Esto confirma, según Gallego Romero, "los largos y movidos viajes de los denisovanos y de los colonos de Oceanía".

Los científicos constataron, por ejemplo, que, como era de esperar, los africanos muestran más evidencias de secuencias genéticas ancestrales en comparación con las poblaciones no africanas, según una nota de la Sociedad Americana para el Avance de la Ciencia.

Pero este análisis genético no solo ha servido para rastrear las migraciones del hombre moderno desde África o constatar el ADN que comparten "Homo sapiens" y neandertales, sino que también ha revelado especificidades genéticas vinculadas a enfermedades.

En este sentido, Gallego Romero ha detallado que se descubrieron más copias de un par de genes relacionados con la haptoglobina en los africanos que en otra población; existe la hipótesis de que la haptoglobina (una proteína producida por el hígado) protege contra la tripanosomiasis (enfermedad del sueño, endémica de la región).

El trabajo también sugiere que las variaciones en el número de copias en el genoma, las duplicaciones o supresiones que ocurren, podrían estar sujetas a la presión de la evolución y selección: el genoma ha ido cambiando para mejorar o, al menos, para no empeorar.

En definitiva, estas variaciones en los genomas cuentan una "historia fascinante" del movimiento humano y la demografía, pero también de las presiones selectivas a las que se han ido enfrentando los humanos modernos a lo largo de generaciones, según Gallego Romero.