La simple picadura de una garrapata puede cambiar la vida de una persona si inocula la bacteria que causa la enfermedad de Lyme, un mal no letal pero que puede llegar a ser altamente incapacitante si no se ataja a tiempo y hacia el que los afectados reclaman atención.

"Desprotegidos y abandonados". Así describen su situación quienes padecen esta dolencia, prácticamente desconocida en España, donde existe, aunque su incidencia sea menor que en otros lugares del planeta como EEUU o Canadá.

Lyme -que debe su nombre a la ciudad de Connecticut donde apareció el primer brote en 1977- es producida por la bacteria "borrelia burgdorferi" que transmiten las garrapatas tipo Ixodes Ricinus, una de las más de 800 especies de este arácnido.