El consumo de cuatro o más bebidas carbonatadas-azucaradas a la semana eleva en niños y adolescentes un 246% el riesgo de presentar obesidad, según una investigación de la profesora de la Universidad de Navarra Nerea Martín Calvo.

El estudio indica que "cada ración extra diaria de este tipo de bebidas multiplicaba por 1,69 el riesgo de obesidad "en el citado colectivo, lo que "supone un incremento relativo del riesgo de obesidad del 69% para cada ración extra diaria".

Los refrescos carbonatados son los más consumidos, mientras que la producción de bebidas sin azúcares añadidos ha aumentado, pero representa apenas un 25 % del total.