Admite que la muerte de un profesor a manos de un alumno adolescente en un colegio catalán le sobresaltó y preocupó. Sin embargo, el psiquiatra infantil del Hospital Nuestra Señora de Candelaria (Hunsc) y vocal del Consejo Nacional de Psiquiatría Infantil, Pedro Javier Rodríguez, considera que "fue un hecho casual" y recomienda a los padres que estén atentos a las recomendaciones que les hacen desde el colegio sobre el comportamiento de sus hijos.

Lo sucedido en el colegio barcelonés ha sobrecogido a toda la sociedad....

Es lógico y preocupante.

Sí, pero cuando se supo que el niño estaba diagnosticado y bajo tratamiento la preocupación fue mayor. ¿Qué cree que falló?

Es difícil saberlo, pero hay situaciones en la infancia y en la adolescencia que pueden provocar una explosión emocional o conductual que puede derivar en incidentes serios, pero no es lo habitual. De hecho, varios estudios asocian los trastornos mentales a menos incidencia de violencia general con respecto a la población que no tiene trastorno mental. Mi opinión es que ha sido un hecho casual.

Entiende que los profesionales digan que el niño tiene que llevar una vida normal, cuando la mayoría de la población lo que pide es que se le castigue...

Claro que lo entiendo, pero hay que comprender que no es un caso normal. Creo que se ha puesto en tela de juicio de nuevo la ley del menor que, tiene muchos aspectos positivos, pero también algunos negativos y, quizás, lo que más falla es que no se tiene en cuenta la opinión de los profesionales. Ahora es el juez el que decide qué hacer y es un contrasentido que decida por ejemplo sobre un ingreso hospitalario o no.

¿Cómo se suelen detectar los casos de menores con algún trastorno mental?

Normalmente la suele hacer la familia o los colegios. Las señales de alarma que los profesores comunican a la familia son fundamentales porque están acostumbrados a ver a muchos niños y para ellos es relativamente sencillo identificar si algo no va como tiene que ir en algo de ellos. Generalmente son los profesores los que se lo comunican a la familia y esta acude al médico de Atención Primaria, que será el pediatra, si el niño tiene menos de 14 años, y el médico de familia si es mayor, el que analizará la situación y, si lo cree conveniente, derivan el caso a la Unidad de Salud Mental.

¿Un trastorno puede aparecer a edades muy tempranas?

Sí. Por debajo de los seis años aparecen los trastornos de desarrollo, como por ejemplo el autismo. Se detecta en niños de hasta un año. En esta etapa también se dan los trastornos complejos del desarrollo del lenguaje. Entre los 6 y los 12 años lo más frecuentes son los problemas de comportamiento, entre ellos el más frecuente es el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad. También se ven las dificultades de aprendizaje como dislexia, disgrafia y, a partir de los 11 o 12 años, es cuando empiezan trastornos más típicos de los adultos como la depresión, la anorexia, drogadicción, psicosis, esquizofrenia y problemas de comportamiento graves.

Es de suponer que muchas familias piensan que lo que les pasa a sus hijos se les pasará con la edad...

Sí, eso sucede frecuentemente, por eso es importante detallar cualquier anomalía al pediatra o al médico de familia porque están muy concienciados de la vigilancia de la salud mental, pero tan importante como esto es estar en contacto y hacer caso a las recomendaciones que hacen los profesores porque realizan diagnósticos precoces muy fiables que a los padres les pueden pasar inadvertidos porque no es eso lo que ven en su casa. En cualquier caso, y ante una sospecha, no hay que pensar que es cuestión de inmadurez, sino buscar asesoramiento de un profesional, porque si el trastorno o la patología avanzan si hace más difícil su tratamiento efectivo.

Usted forma parte del Consejo Nacional de Psiquiatría Infantil. ¿Exactamente en qué consiste esta organización?

Por cada especialidad médica hay un grupo de expertos que asesora al Gobierno y se acaba de crear la última Comisión que es la de Psiquatría del Niño y del Adolescente que tiene tres grandes objetivos: acreditar a las unidades docentes, es decir, qué hospitales y bajo que concepto van a poder formarse los nuevos especialistas; establecer programas de psquiatría del niño y del adolescente en España definiendo qué materias tienen que aprender los especialistas; y cómo se va a reconocer la profesionalidad a los especialistas que ya ejercen.

La especialidad de psiquiatría infantil está reconocida desde agosto, pero de momento eso no ha traído ningún cambio...

Es cierto, por ahora lo que se ha hecho es crear una comisión nacional y desarrollar los aspectos a los que me refería.

¿Tan importante es diferenciar la psiquiatría infantil de la adulta?

Muchísimo. España es el único país de Europa sin una especialidad propia y reconocida en psiquiatría infantil. Un niño no es un adulto en pequeñito, tiene muchas peculiaridades. Al igual que existe la pediatría para los problemas médicos de la infancia y no se trata todo en medicina interna, con la mente pasa algo muy similar. Los trastorno mentales infantiles son diferentes a los de los adultos.