La aparición de manchas en los dientes es uno de los problemas estéticos que más preocupan a la población, y éstas avanzan de manera silenciosa y sin causar molestias, de ahí que el Colegio de Dentistas de Santa Cruz de Tenerife recomiende visitar periódicamente el dentista y mantener una correcta higiene bucodental.

Los factores más frecuentes y comunes de la pigmentación dental son el paso del tiempo y el estilo de vida, principalmente por el consumo de determinadas bebidas como el café, el té, el vino y refrescos que contengan taninos. El hábito de fumar es otro de las causas que amarillean los dientes, entre otros relevantes problemas para la salud bucal, por la presencia de la nicotina y el alquitrán.

El exceso de flúor en la fase de crecimiento de los niños también altera el color natural

Una mala higiene dental, el exceso de flúor en la fase de crecimiento de los niños, los traumatismos en las piezas dentales, tratamientos médicos que contengan tetraciclinas (grupo de antibióticos) también alteran el color natural de los dientes. De ahí la importancia de mantener a al dentista informado de las medicaciones que se toman, aunque estén relacionadas con otras patologías no relacionadas con la salud dental.

La superficie de los dientes está recubierta por una película transparente de gérmenes que se unen al esmalte formando la conocida como placa dental. El ácido que produce la placa bacteriana, al entrar en contacto con la estructura cristalina del esmalte, le roba los iones de calcio, lo que puede producir un debilitamiento de su estructura, que derive en la entrada de gérmenes al interior del esmalte, donde la higiene diario no es capaz de llegar.

De esta forma puede comenzar el progreso de la caries hacia el interior del diente. Sin embargo, el flúor es capaz de unirse a estos iones de calcio y formar la fluorapatita. Ésta última hace más resistente al esmalte del ataque ácido de la placa bacteriana.

UN EXCESO PERJUDICIAL

Las coronas de los dientes (parte blanca y visible de los mismos) comienzan a formarse desde el feto hasta los 6 y 8 años. Durante ese periodo es importante un aporte adecuado de flúor, que refuerce la estructura cristalina del esmalte de las piezas definitivas. Pero un exceso en los aportes de este elemento es perjudicial, durante el desarrollo y maduración de las coronas dentarias, ya que puede producir la llamada fluorosis dental, que se manifiesta en diferentes grados de afección del esmalte, que van desde ligeras manchas hasta la destrucción del mismo. Sin embargo, el exceso de flúor, una vez formadas ya las coronas, no repercute de forma significativa ni dañina en las estructuras.

Por ello, se recomienda que el aporte diario de flúor en el agua de abastecimiento, para los niños de 0 a entre 6 y 8 años, no supere los 1,5 ppm, para evitar así la aparición de las primeras señales de la fluorosis. Hay que tener en cuenta que el aporte ideal de flúor en las aguas de consumo depende también de las características climáticas de cada zona. En el entorno de Canarias, la cantidad idónea de este elemento en el agua, debería estar en torno a los 0,7 ppm.

Ante este tipo de alteraciones dentales, el Colegio de Dentistas de Santa Cruz de Tenerife recomienda acudir a la consulta del odontólogo para que éste pueda evaluar la erosión del esmalte y aplicar el tratamiento más adecuado. También es esencial la prevención por parte del usuario manteniendo una buena higiene bucodental y unos hábitos de vida saludables.