Galicia puede presumir de dos jueces "trinchera", uno real, José Antonio Vázquez Taín, quien instruyó la causa abierta por el robo del Códice Calixtino en 2011, y el magistrado Casal, que interpreta el humorista Carlos Blanco y que cuenta con la tranquilidad de tener el beneplácito del primero.

"El juez Taín me dijo que iba a salir guapo en la tele", cuenta este polifacético artista, que no duda en reconocer que el personaje tiene mucho de él, pero que emula al menos un gesto de Vázquez Taín, y es su singular forma de mirar a los presuntos culpables, a los que "suele observar como de reojo".

La sustracción de este valioso manuscrito, que mantuvo en vilo a la sociedad hasta que fue localizado en un garaje propiedad de un electricista que trabajó para la Catedral de Santiago, llegará a las pantallas con la miniserie bautizada como ''Códice'', una propuesta audiovisual que se mueve en la delgada línea que separa la realidad de la ficción.

En la obra, en la que participan un elenco de más de veinte actores gallegos, sobresale el desternillante Carlos Blanco (Pontevedra, 1959), que, haciendo honor a su papel, no quiere desvelar sus técnicas para representar a un togado: "Ah... es secreto de sumario".

No obstante, el auténtico Vázquez Taín sí desvela, en una conversación con EFE, cómo se originó el contacto con su doble: Carlos Blanco tenía un monólogo en el que, supuestamente, se metía con él. "Pero no era así, era algo muy gracioso", sostiene Taín entre risas.

Como le quedó tan buen recuerdo de este guiño irónico, empezó un intercambio de teléfonos que al final sirvió para conversar sobre el rodaje de esta película y para "compartir sensaciones, pero sin entrar en detalles".

El magistrado gallego indica que conoce a varios actores que forman parte de este trabajo, a algunos por casualidades y a otros no, y describe a Carlos, su otro yo, como "un tipo magnífico con un salero alucinante".

Eso sí, como Blanco confiere al juez un poder casi absoluto, Taín le advierte de que la sensación de que los de su gremio mandan es solo eso, una percepción.

Acerca de si hizo alguna petición o sugirió alguna clave para su juez versionado, espeta: "Solo les dije que no me vistieran muy serio", y que lo comprobaría porque se pasaría a ver algún rodaje con el fin de comprobar cómo es "en guapo".

Y de belleza parece ir el asunto, ya que durante la presentación del filme hoy en Santiago, Blanco reparó en que "el director -Jorge Cassinello- sea más guapo que los actores... no lo acabo de ver".

El jocoso comentario despertó risas en el aforo, carcajadas que continuaron cuando este humorista se quejó de su foto en el cartel promocional: "Es que no me veo favorecido".

Y, como la hermosura es subjetiva, para comprobarlo hubo una foto de familia de buena parte del equipo: Miguel de Lira, Tamar Novas, Carlos Blanco, Francis Lorenzo, María Vázquez, Sabela Arán, Xosé Barato, Antón Durán Morris, Antonio Mourelos...

Francis Lorenzo, cuyo hermano vive en el mismo edificio que el magistrado Vázquez Taín, experimentó en esta presentación algún que otro reencuentro con una de sus compañeras de la carrera de Psicología, con la que comentó la difícil situación laboral.

Antonio Durán Morris (Vigo, 1959), caracterizado como el Deán, contó que, con su cabellera "rubia por completo", intentará transmitir las sensaciones propias de este religioso, aunque con su caracterización se vea "en la época de Siniestro Total".

Galicia ha acogido los últimos años el rodaje de varias superproducciones y largometrajes nacionales, lo que la convierte en uno de los nuevos destinos favoritos para los cineastas nacionales y también internacionales.

"The Way", "El Niño", "La piel que habito", "Los girasoles ciegos", "Mar adentro" o "Los lunes al sol" son algunas de las grandes producciones rodadas en la Comunidad, en ubicaciones con paisajes tan dispares y diferentes como la ciudad de A Coruña, Ferrol, Ourense, Vigo y, cómo no, la meta de todo buen peregrino y, por ende, de todo filme con éxito: Santiago de Compostela.