Los científicos han identificado siete raras partículas microscópicas de polvo cósmico que han datado en los orígenes del Sistema Solar y podrían ser las primeras muestras de polvo interestelar contemporáneo, informó ayer la NASA.

Las partículas forman parte del cargamento de muestras recogido por la sonda espacial "Stardust" que regresó a la Tierra en 2006 tras siete años de viaje. Desde entonces un equipo de científicos ha estado analizando los fragmentos que capturó en una red con forma de una raqueta fabricada de un aerogel de dióxido de silicio, el material sólido más ligero conocido capaz de detener el polvo sin modificarlo por el impacto.

Los científicos creen que las partículas probablemente vinieron de fuera de nuestro sistema solar, tal vez por una explosión de una supernova hace millones de años y alteradas por la exposición al extremo medio ambiente espacial, según explican en un estudio que se publicará en el número del 15 de agosto de la revista "Science".

El hallazgo ha dado fruto a otros doce estudios sobre las partículas que aparecerán la próxima semana en la revista "Meteoritics & Planetary Science", avanzó la NASA.

"Estos son los objetos más difíciles que jamás tendremos en el laboratorio para su estudio y es un triunfo que hayamos progresado tanto en su análisis como lo hemos hecho", dijo Michael Zolensky, curador del laboratorio "Stardust" en el Centro Espacial Johnson de la NASA en Houston y coautor del artículo de Science.

Los científicos advierten de que necesitan hacer pruebas adicionales antes de poder decir que se trata de restos procedentes del espacio interestelar. Pero de confirmarse, aseguran que esas minúsculas partículas cósmicas de un grosor inferior al de un pelo, podrían ayudar a explicar el origen y la evolución de polvo interestelar (que se sitúa entre las estrellas).

La estructura y la composición química de las partículas ha resultado ser mucho más diversa de lo que esperaban los científicos, que han apuntado que algunas tienen una estructura esponjosa, similar a un copo de nieve.

En el descubrimiento han participado un equipo de "científicos-ciudadanos" que se enrolaron en un proyecto de cooperación científica de la universidad californiana de Berkeley para ayudar a detectar las partículas de milésimas de milímetro, así como miembros del Centro Espacial Johnson que exploraron la mitad de los paneles.

Nuevos mapas para desvelar el misterio

Nuevos mapas de la Vía Láctea, elaborados por un equipo internacional de científicos, puede ser la respuesta a las preguntas sobre el polvo de estrellas que llevan desconcertando a los científicos desde hace un siglo. Los investigadores dicen que su trabajo, publicado en "Science", demuestra una nueva forma de descubrir la ubicación y el tiempo de composición del medio interestelar, el material que se encuentra entre las estrellas.

Este material incluye polvo y gas que quedan atrás cuando una estrella muere.

En concreto, los investigadores se centraron a la hora de elaborar los mapas en una característica misteriosa de la luz de las estrellas, una peculiaridad llamada difusión de bandas interestelares.