Los restos de Miguel Pajares han sido incinerados unas horas después de que el religioso español muriera a las 9.28 horas de hoy en el Hospital Carlos III de Madrid, cinco días después de ser repatriado desde Liberia donde se contagió del virus del Ébola.

A pesar de que estaba siendo tratado ya con el suero experimental fabricado en Estados Unidos, el religioso había experimentado una "bajada de constantes vitales", según han informado fuentes sanitarias, que han explicado que los médicos "probaron alguna medicación en un intento de estabilizarlo", pero dejó de "mostrar actividad".

Otras fuentes sanitarias han asegurado que el sacerdote estaba invadido por el virus, que "se lo había comido por todos los lados": "Estaba muy mal e invadido".

El paciente tenía el riñón mal, de hecho ya no orinaba, padecía también tifus, sufría problemas cardíacos y "había perdido todas las defensas", con lo cual "la salvación de su vida no era posible".

Al cuerpo del primer español y europeo afectado por esta dolencia no se le ha practicado la autopsia, de acuerdo con el protocolo de la Policía Sanitaria Mortuoria de la Comunidad de Madrid, por "la alta carga viral de los fluidos corporales".

Tras ser cerrado el sudario del cadáver, el ataúd ha sido sellado con una cinta de zinc y ha salido del centro hospitalario antes de las 13:55 horas para su posterior incineración en el tanatorio-crematorio de Collado Villalba (Madrid).

La Consejería madrileña de Sanidad ha destacado que durante el proceso "se ha cumplido toda la normativa vigente" para este tipo de casos, dado los riesgos de transmisión de la enfermedad.

Las cenizas del religioso serán entregadas a su familia tras el funeral, que tendrá lugar mañana, a las 11.30 horas, en la capilla del Hospital San Rafael de Madrid, según ha informado Juan Ciudad ONGD, de la Orden Hospitalaria San Juan de Dios, a la que pertenecía el religioso.

El traslado y entierro de las cenizas será un acto privado, ha precisado la ONGD.

Varios miembros de la familia de Pajares, que han mostrado su pesar por la muerte, han señalado que sus cenizas podrían ser enterradas en el panteón de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, cuya ubicación no han concretado.

El Ayuntamiento toledano de La Iglesuela, de donde era natural Pajares, ha decretado tres días de luto oficial.

La Orden Hospitalaria de San Juan de Dios ha agradecido las muestras de apoyo recibidas desde que se conoció que el religioso estaba infectado.

Además, ha trasmitido sus condolencias a la familia del sacerdote y ha mostrado su dolor en un momento "muy duro" por las muertes de los cuatro religiosos que trabajaban en el Hospital San José de Monrovia.

Hasta el momento, han fallecido el director del centro sanitario, Patrick Nshamdzea, la hermana Chantal Pascaline, el religioso George Combey y Pajares, mientras la religiosa Paciencia Melgar permanece ingresada en el hospital ELWA de Liberia, gestionado por Médicos sin Fronteras.

En el Hospital Carlos III de Madrid continúa ingresada la religiosa de origen guineano y nacionalidad española Juliana Bonoha, que fue repatriada junto a Pajares, y no está infectada por el virus del Ébola.

Tras conocerse la noticia del fallecimiento del sacerdote se han sucedido las reacciones de pesar y las condolencias por parte de las distintas autoridades, partidos y organizaciones.

El Rey Felipe VI y la Reina Letizia, así como los Reyes Juan Carlos y Sofía, han enviado sendos mensajes de condolencia.

También el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha expresado su "más sentido pésame" a "la familia y los compañeros" del sacerdote, y ha añadido en Twitter: "Triste noticia; descanse en paz".

La ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Ana Mato, y la Defensora del Pueblo, Soledad Becerril, han sido otras de las autoridades que han transmitido sus condolencias a la familia del sacerdote y a la Orden.

La presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, ha enviado un telegrama de pésame a la familia, que reside en Toledo, y el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ha expresado su pesar a través de Twitter.