Al sacerdote español Miguel Pajares, fallecido esta mañana en el Hopsital Carlos III de Madrid por el virus del ébola, no se le puede realizar una autopsia debido a la elevada carga viral de los fluidos corporales, como así lo establece el protocolo de actuación ante estos casos.

Además, en el procedimiento de actuación del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES) del Ministerio de Sanidad, el cual se consensuó con los responsables de alertas sanitarias de las comunidades autónomas y acordó en la Ponencia de Alertas en la cual participan los responsables de todas las autonomías, establece que los cadáveres de personas fallecidas por esta enfermedad debe limitarse a personal entrenado.

Pajares ingresó el pasado jueves en el Hospital Carlos III de Madrid tras ser repatriado desde Liberia por haber contraído la enfermedad en el país africano. El sacerdote llegó acompañado de la hermana Juliana que no padecía la enfermedad pero que también fue ingresada como medida preventiva.