Dejar la herencia a organizaciones sociales es una práctica muy extendida en algunos países, donde mayoritariamente los donantes solidarios fijan una cantidad en sus testamentos, y aunque en España es poco conocido los que lo hacen son muy generosos.

Una de cada diez personas que hacen testamento destinan una parte de su patrimonio a organizaciones sociales, que coincide con aquellas que han estado colaborando en vida en proyectos solidarios, explica el director de campañas de UNICEF, Andrés Gómez.

UNICEF es una de las organizaciones que participan en la campaña Legado Solidario -junto a Cáritas, Intermón o Acción contra el Hambre, entre otras-, creada para informar "de lo sencillo que es" el procedimiento de redactar testamento para incluir una herencia o legado solidario.

"Lo importante es dejarlo establecido en un testamento", señala el responsable de UNICEF y para ello hay que acudir a un notario, una operación con un coste inferior a 50 euros.

En España, además de que pocos conocen la posibilidad de extender la solidaridad a las próximas generaciones, se une el hecho de que el 40 por ciento no hace testamento para concretar sus herencias porque se piensa que los bienes deben ir automáticamente a los hijos.

"Falta una cultura de hacer testamento, no hay consciencia de la disponibilidad que cada uno tiene de sus bienes y se cree que todo va dirigido a los descendientes", aclara.

La única limitación legal es respetar la cuota de la legítima de los herederos forzosos, nunca sobrepasarla, recuerda esta campaña que puede consultarse en "legadosolidario.org".

La media de los legados en nuestro país se sitúa en los 100.000 euros, una cantidad importante para las organizaciones que los reciben, que en el caso de UNICEF -incluida en 27 legados en 2011- supone el diez por ciento de su financiación.

"En otros países donde es muy frecuente, la mayoría de la gente decide en sus testamentos que una parte pequeña de aquello que deja vaya dirigido a la causa que más le importe, como la infancia, los refugiados o los mayores" y se consiguen "grandes cantidades con muchos pequeños donativos".

Se pueden legar, a una o varias organizaciones, cosas concretas como un inmueble, un coche o joyas, y también genéricas, como el porcentaje de patrimonio, inversiones o acciones, por ejemplo.

El perfil mayoritario es el de una mujer de renta media, muchas veces sin hijos, vinculadas a ONG o con una sensibilidad especial con las causas sociales, concreta el responsable de UNICEF.

Es el caso de Romana Martínez, una valenciana de 53 años, dedicada a la enseñanza y "tremendamente chiquera", quien relata que decidió hace dos años hacer un legado solidario a esta organización de defensa de la infancia.

Desde su casa de Godella, Romana reconoce que sintió "una fuerte emoción" cuando hizo el legado solidario.

"Cuando fui al notario me sentí descansada, lo tenía muy claro y quería hacerlo, la familia también lo tenía claro; tenía mi trayectoria vinculada a la infancia", indica esta entusiasta mujer.

Cuando hace siete años Romana hizo testamento "no estaba muy claro cómo hacer este tipo de herencias", así que cuando conoció esta opción a través de UNICEF, con la que lleva colaborando dos décadas, decidió hacer una modificación.

Lamenta que se conozca poco esta posibilidad y quiere contribuir, con su testimonio, a que se cumpla el deseo de las organizaciones sociales con motivo del Día Internacional del Legado Solidario, que se celebra mañana, de que sean muchos, aunque con pequeñas cantidades los que intenten contribuir a la construcción de un mundo mejor.