Las tres sociedades de Pediatría de España alertaron ayer de que en España faltan al menos medio millar de pediatras, mientras que los 9.000 que actualmente ejercen esta función están mal repartidos entre las comunidades autónomas.

La Asociación Española de Pediatría (AEP), la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP) y la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) se unieron ayer para advertir de que "algo tan habitual como llevar a un niño a un pediatra en un centro de salud se puede convertir en una excepción en unos años".

"En España hay menos pediatras de los necesarios, se estima que al menos 500, y lo más destacado es que, además, están mal distribuidos", recalcó el doctor José Luis Bonal, presidente de la SEPEAP.

Los especialistas mostraron su inquietud por la "saturación" de algunas consultas, ya que en más de la mitad de las comunidades autónomas se sobrepasa el cupo, que es de entre 800 a 1.000 niños por facultativo.

Canarias, en mal lugar

"Hay pediatras que tienen que ver a más de 1.300 o 1.500 niños", aseveró Bonal, quien criticó las desigualdades existentes, puesto que en algunas zonas estos profesionales atienden a cerca de 32 menores al día y, en otras, como Andalucía, a más de setenta de media.

Las regiones "más desprotegidas", según Begoña Domínguez, presidenta de la AEPAP, son Baleares, Valencia, Canarias, Madrid y Murcia, donde entre el 30% y 50 % de las plazas de Pediatría están ocupadas por profesionales sin titulación específica en esta disciplina, tales como médicos de familia y generalistas.

El vicepresidente de la AEP, Fernando Malmierca, ha denunciado la "saturación" de algunas consultas, con cupos de niños "muy por encima" de las cifras recomendables.

Esto va en detrimento del tiempo que se les puede dedicar en la consulta, que debería ser de 12,9 minutos y, en la actualidad, es de 9,4 minutos. "Es imprescindible garantizar un tiempo de consulta adecuado para cada niño", ha demandado.

Las sociedades de Pediatría han insistido en la necesidad de lograr un consenso entre las administraciones local y central que evite las desigualdades actuales y reivindicaron, además, el reconocimiento oficial de la especialidad de Pediatría de Atención Primaria como vía para garantizar que la atención del niño siga estando en manos de profesionales.