La Organización Mundial de la Salud (OMS) reúne hoy en Ginebra a científicos que analizarán los recientes estudios sobre el virus de la gripe aviar (H5N1) y discutirán si es necesario o deseable publicarlos, dado el eventual peligro de que sean utilizados con fines ajenos a la investigación.

En la reunión, que durará dos días, participan una veintena de científicos de Australia, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Holanda, y de países asiáticos como China, Indonesia, Japón y Vietnam, afectados especialmente por ese virus.

A mediados de diciembre del año pasado se supo que 38 científicos de las universidades Erasmo de Rotterdam (Holanda) y Wisconsin (Estados Unidos), liderados por el virólogo holandés Ron Fouchier, habían descubierto cinco mutaciones genéticas que el virus H5N1 puede sufrir para su contagio entre las personas.

El objetivo del estudio holandés, que ha sido financiado por el Instituto Nacional de Salud estadounidense, perseguía conseguir la información necesaria para evitar una posible pandemia originada por esa variante de la gripe.

Para ello, estaban intentando crear la vacuna que protegería contra las nuevas cepas.

Los científicos estaban a punto de publicar sus resultados en las revistas especializadas Nature y Science, pero fueron presionados para no hacerlo por las autoridades sanitarias de Estados Unidos, que temían que, si compartían públicamente estos conocimientos, podían eventualmente ser usados por terroristas para crear un arma biológica.

Normalmente el virus H5N1 se transmite entre aves de corral y su contagio a humanos se produce raramente, por lo que la transmisión entre personas podría ser altamente letal.

De hecho, cada vez que se refiere al H5N1, la OMS recuerda que el virus es potencialmente muy peligroso porque si bien normalmente no contamina a las personas, cuando lo hace, mata al 60 % de los infectados.

Tras la polémica, el pasado 30 de diciembre la OMS alertó del riesgo potencial de hacer investigaciones sobre el virus de gripe si no se aplican las estrictas normas y recomendaciones aprobadas por este organismo, y más de 20 días después, decidió convocar la reunión que comenzó hoy.

Mientras, los científicos no sólo no publicaron los resultados, sino que se impusieron una moratoria de 60 días, en los que no continuarán con las investigaciones, a la espera de que la comunidad científica se ponga de acuerdo sobre cómo proceder en el futuro.