Los enfermos mentales solo presentan comportamientos agresivos, contra sí mismos o contra los demás cuando abusan de alcohol y drogas, sustancias que también incrementan los casos de violencia entre el resto de la población, según ha quedado de manifiesto en el XV Congreso Nacional de Psiquiatría, que se celebra estos días en Oviedo y donde el tema principal de debate es la relación entre alcohol y enfermedades mentales.

Según el consultor sénior en Psiquiatría del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau de Barcelona y vicepresidente de Socidrogalcohol, el doctor Josep Guardia, la conducta violenta vinculada al abuso de alcohol y drogas "es independiente de que la persona tenga un trastorno mental o no".

En rueda de prensa señaló que cuando una persona se da un atracón de bebidas alcohólicas en poco rato presenta una mayor probabilidad de comportamientos agresivos, como insultos, discusiones, peleas, agresiones o violencia doméstica, además de caer en episodios autodestructivos, incluido el suicidio.

Este experto alertó también de que con el abuso de esas sustancias aumenta hasta siete veces el riesgo de violencia entendida como homicidio, agresión física, agresión sexual, amenazas, intimidación, robo o piromanía.

"Los enfermos mentales que no toman alcohol ni drogas no presentan comportamientos agresivos", subrayó el doctor Guardia, que alertó también de que la mayoría de las personas que se drogan toman más de una sustancia y que en el 90 por ciento de los casos, toman también alcohol. No obstante, durante el congreso también se ha hablado del consumo de otro tipo de sustancias perjudiciales para la salud por parte de este tipo de pacientes.

Así, el consumo habitual de cannabis adelanta la aparición de la esquizofrenia una media de dos años y medio, causa la aparición de psicosis en personas que no las hubieran padecido de no consumir esa sustancia y la precipita en los individuos con disposición a padecerla. Además, el consumo de cannabis exacerba además esos trastornos psicóticos, provoca un peor pronóstico en los pacientes con esquizofrenia, complica su tratamiento y conlleva un mayor coste terapéutico.

El doctor Miguel Bernardo Arroyo, director del Programa Esquizofrenia Clínic, del Hospital Clínic y de la Universidad de Barcelona, alertó del peligro que supone que el cannabis esté considerado como una droga de bajo riesgo y de que esté bastante tolerada por la sociedad, ya que su consumo está directamente relacionado con la aparición de casos precoces de esquizofrenia, que son los peores.

Dado que el consumo de cannabis no baja y está estancado, lo normal es que se produzca en el futuro un "ligero incremento" de los casos de esquizofrenia, una enfermedad que en la actualidad sufren en España unas 500.000 personas.

El consumo de cannabis es más frecuente entre los 15 y los 35 años, precisamente, en una etapa en la que se suele dar el debut de la esquizofrenia.

En España, lo habitual es que la esquizofrenia aparezca en chicos de entre 18 y 22 años y en mujeres de 20 a 25 años, pero con el consumo de cannabis su aparición se adelanta una media de dos años y medio.