Investigadores de varios centros españoles han detectado por primera vez en la troposfera libre monóxido de yodo, un gas que desempeña una importante función en el equilibrio de ozono en esta región de la atmósfera debido a su potencial como destructor de ozono, ha dicho Olga Puentedura, del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA).

En este trabajo colaboran el área de Investigación e Instrumentación Atmosférica del INTA, investigadores del Laboratorio de Ciencias de la Atmósfera y el Clima (CIAC) del CSIC en Toledo y del Centro de Investigación Atmosférica de Izaña, en Tenerife (Aemet) y los resultados se han enviado a una revista especializada y se encuentran en fase de discusión con científicos especialistas en el área, explicó Olga Puentedura.

El monóxido de yodo se genera junto a la superficie, en la denominada capa límite marina, siendo su origen biológico, y hasta fecha reciente se creía que este gas se mantenía en esta región, donde reaccionaba y era destruido.

El estudio actual demuestra que el monóxido de yodo escapa hasta la troposfera libre, región que se encuentra por encima de la capa límite, pero posee características muy distintas.

Los contaminantes y las partículas tienen dificultades para alcanzarla y es, por tanto, muy limpia.

El trabajo, basado en observaciones con la técnica denominada Multi-Axis DOAS (MAXDOAS) o espectroscopía de absorción diferencial, se inició en febrero del pasado año en el Centro de Investigación Atmosférica de Izaña.

Este centro de alta montaña se encuentra en el interior de la troposfera libre y posee unas características excepcionales para la realización de medidas atmosféricas, indicó Olga Puentedura,

Normalmente el monóxido de yodo se observa vinculado al ciclo de producción biológico, a las horas de sol y a la altura de las mareas.

Los científicos desconocen cómo llega el monóxido de yodo a la troposfera libre, o si éste se forma ahí por mecanismos aún ignorados, pero su presencia permanente en esta región, observada en este estudio, indica la existencia de concentraciones de fondo suficientemente elevadas para que deban jugar un papel no despreciable en la química del ozono, dijo Olga Puentedura.

También han encontrado estos investigadores que el monóxido de yodo aumenta de forma sistemática cuando en Tenerife se producen intrusiones de polvo del desierto del Sahara, y sus posibles causas se encuentran por el momento en estudio.