El Tribunal Supremo (TS) ha ratificado la condena de 10 años de cárcel para un hombre de 37 años, vecino de Huelva, por agresión sexual, lesiones y violencia familiar habitual contra la que era su pareja sentimental, una mujer de 26 años.

El Supremo ha emitido una sentencia, a la que ha tenido acceso Efe, en la que desestima los recursos de casación interpuestos por el abogado defensor y la acusación particular contra la sentencia de la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Huelva.

La defensa alegó en su recurso de casación quebrantamiento de forma, infracción de ley y de precepto constitucional de presunción de inocencia, mientras que la acusación particular justificó la impugnación de la sentencia en infracción de ley, al entender que este individuo debería de haber sido condenado por maltratos psíquicos.

El alto tribunal entiende con respecto al recurso de la defensa que la actuación de la Audiencia de Huelva se ajustó a derecho durante todo el proceso, mientras que con respecto al de la acusación considera que las secuelas de orden psicológico de las agresiones de que fue víctima la denunciante "no exceden de las naturales secuelas que conllevan para la víctima de esas conductas criminales".

En la sentencia ratificada se considera probado que desde el comienzo de la relación, que se prolongó entre 1999 y el 12 de febrero de 2009 -período en el que tuvieron dos hijos-, el hombre ya insultaba a la mujer, uniéndose con el paso del tiempo las amenazas contra su vida, las vejaciones y las lesiones, en episodios intimidatorios y violentos que ocurrían en el domicilio y generalmente en presencia de los hijos.

No obstante, en cuatro ocasiones la mujer recibió palizas más fuertes, con multitud de golpes, insultos y amenazas, y la última de ellas, el 12 de febrero de 2009, dio lugar a la consiguiente denuncia por parte de la víctima.

Ese día, la mujer regresó a medianoche a casa, tras estar toda la jornada en el hospital donde su madre había ingresado por problemas respiratorios, y el condenado le recriminó que no hubiera estado en la casa, cuidando y dando la merienda y la cena a los niños, a lo que posteriormente se sumó una fuerte agresión y violación.