La comunidad científica de EEUU dijo hoy adiós a uno de sus grandes hitos, el Tevatrón, que fue el acelerador de partículas más potente del mundo hasta que se construyó el LHC europeo y sumó una larga lista de éxitos en 26 años de operaciones.

Este ingenio histórico de la física estadounidense se ha visto superado por el acelerador europeo, que comenzó a funcionar en 2008 dejando obsoleto a su homólogo del otro lado del Atlántico.

La compleja situación económica de EEUU también ha pasado factura al Tevatrón, considerado una de las principales obras de ingeniería del siglo XX, de manera que su cierre responde también a las restricciones financieras.

Su cierre fue anunciado de manera oficial a principios de este año, después de que el Departamento de Energía de EEUU decidiera dejar de financiarlo.

Entre los grandes hitos de la física que dejará como legado la potente máquina destacan los descubrimientos de la partícula elemental quark top, una pieza clave en el rompecabezas de la materia, y del neutrino tauónico.

Asimismo, uno de los avances más visibles en la práctica que permitió el ingenio fue el uso generalizado de la resonancia magnética nuclear (RMN) para el diagnóstico médico.

El acelerador, ubicado en Batavia (Illinois), consiste en un sincrotrón que acelera protones y antiprotones en un anillo tubular de 6,28 kilómetros de longitud a energías de hasta un teraelectronvoltio.

Hoy a las 18.00 (GMT), hora a la que comenzó el acto oficial de su clausura, se puso punto y final a la trayectoria de un ingenio de la física que durante casi tres décadas fue símbolo de la pujanza estadounidense en este campo y en la ciencia en general.

Ingenieros, científicos y medios especializados del país han lamentado en estos últimos días que con su cierre se pone fin también a una gran etapa en la física de EEUU y se abre, al mismo tiempo, un futuro que muchos no ven halagüeño para la investigación.

"Si usted me pregunta si estoy seguro de que EEUU pueda seguir realizando este tipo de proyectos, teniendo en cuenta las noticias que salen en los periódicos estos días, parece difícil, pero tenemos que confiar en que así sea", declaraba recientemente Roger Dixon, el director de Tevatrón.

Por ello, algunos científicos consideran que, con el cierre del acelerador, EEUU deja en manos europeas el poder en el campo de la física de alta energía.

De hecho, en Europa queda ahora la misión histórica de confirmar o descartar la existencia del llamado "bosón de Higgs" o "partícula divina", el último elemento que falta por determinar en el modelo de física de partículas y que explicaría el origen de la masa, es decir, una de las claves del Universo.

Con la clausura del Tevatrón, y a pesar de los intentos del laboratorio estadounidense por adelantarse en esta cuestión a su homólogo europeo, la decisiva investigación queda en manos del LHC situado en Ginebra.

El ingenio europeo es un acelerador de partículas construido en un túnel circular de 27 kilómetros y situado bajo la frontera entre Francia y Suiza, cuyo funcionamiento ha superado las previsiones más optimistas.

Pese a ser competidores, el Tevatrón y el LHC han colaborado de manera estrecha durante los últimos cuatro años, una cooperación que sobrevivirá al cierre del acelerador estadounidense ya que muchos de los científicos de EEUU que trabajaban en Tetavrón seguirán participando en investigaciones del acelerador europeo.

El cierre del Tevatrón es, no obstante, una mala noticia para la ciencia estadounidense, en un año en el que ya sufrió otra gran pérdida cuando la NASA puso fin a la era de los transbordadores.