Las ciudades españolas menos contaminadas por partículas en suspensión (PM-10) son Santiago de Compostela, con 18 microgramos por metro cúbico; Logroño, con 19, y Badajoz, con 20, según recoge el informe sobre la calidad del aire que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado este lunes y que advierte de que el límite aconsejable es 20 microgramos por metro cúbico.

Vitoria, con 21 microgramos por metro cúbico y Palma de Mallorca y Valladolid, con 22, superan ligeramente esa recomendación de la OMS. Sin embargo, de las 28 ciudades españolas incluidas en esta base de datos, el resto está lejos de alcanzar esa cifra máxima aconsejada por la organización. Concretamente, los lugares más contaminados en España son Zaragoza y Sevilla, con 45 microgramos por metro cúbico; Granada, con 40; Torrejón de Ardoz (Madrid) con 39; Albacete con 33; Jaén, Cádiz y Málaga, con 32; Córdoba y Jerez de la Frontera (Cádiz) con 31.

Pese a estos datos, los núcleos urbanos españoles se encuentran en límites relativamente bajos si se comparan con los más contaminados del mundo. Ahwaz (Irán) con 373 microgramos de PM-10 por metro cúbico; Ulán Bator (Mongolia), con 279; Sanandaj (Irán), con 254; y Ludhiana (India) y Quetta (Pakistán), con 251, son las ciudades más contaminadas del globo.

Por países, España tiene una media de 29 microgramos por metro cúbico, cifra similar a sus vecinos europeos. Así, sólo nueve de los 91 estados analizados por la OMS muestran una media anual que no supera los 20 microgramos por metro cúbico: Estonia (11), Isla Mauricio (12), Canadá (13), Australia (13), Irlanda (15), Bután (18), Mónaco (18), Finlandia (19) y San Marino (20).

UN PROBLEMA DE "GRAN ALCANCE"

Con estos resultados, la OMS estima que más de dos millones de personas mueren cada año a causa de la inhalación de pequeñas partículas contaminantes del aire de espacios interiores y exteriores. Las partículas PM-10, de menos de 10 micras de tamaño, pueden penetrar en los pulmones y llegar al torrente sanguíneo, y causar así cardiopatías, cáncer de pulmón, asma e infecciones agudas de las vías respiratorias inferiores.

La organización considera que la contaminación atmosférica es un problema de salud ambiental "de gran alcance", por lo que pide un "esfuerzo para reducir la carga sanitaria que genera". Desde la OMS aseguran que "si se vigila y se gestiona adecuadamente el medio se puede reducir de forma considerable el número de personas con enfermedades respiratorias y cardiacas o con cáncer de pulmón".

"En todo el mundo, el aire de las ciudades presenta a menudo una alta densidad de gases de escape, humo de fábricas y hollín de las centrales eléctricas que queman carbón. En muchos países no hay una normativa de calidad del aire, y cuando la hay los criterios nacionales y su aplicación varían considerablemente", ha señalado la directora de Salud Pública y Medio Ambiente en la OMS, María Neira.

REDUCIR LA CONTAMINACIÓN PARA REDUCIR LA MORTALIDAD

Así, se calcula que una reducción desde una media de 70 microgramos de PM-10 a una media anual de 20 microgramos por metro cúbico se traduciría en una reducción del 15 por ciento de la mortalidad. "A niveles más altos de contaminación, reducciones similares no harían disminuir tanto la mortalidad, pero tendrían con todo importantes efectos beneficiosos para la salud", aseguran.

"Las soluciones a los problemas de contaminación del aire exterior diferirán de una ciudad a otra en función de la contribución relativa de las fuentes de contaminación, de su grado de desarrollo y de la geografía local", afirma el coordinador de la OMS en Intervenciones en pro de unos Entornos Saludables, del Departamento de Salud Pública y Medio Ambiente, Carlos Dora.

"Lo mejor que puede hacer una ciudad para explotar al máximo la base de datos de la OMS es vigilar sus propias tendencias de contaminación del aire a lo largo del tiempo para identificar, mejorar y ampliar a gran escala las intervenciones eficaces", asegura Dora.

Por su parte, el jefe del Centro Europeo de la OMS para el Medio Ambiente y la Salud, en Bonn (Alemania), Michal Krzyzanowski, ha explicado que "se requieren medidas locales, políticas nacionales y acuerdos internacionales para frenar la contaminación y reducir sus efectos generalizados en la salud".

Asimismo, señala que "los datos sobre vigilancia de la calidad del aire difundidos por la OMS resaltan las regiones donde más necesario es actuar y nos permiten evaluar la eficacia de las políticas y medidas aplicadas".

FACTORES DE CONTAMINACIÓN

Tanto en los países desarrollados como en los países en desarrollo, los factores que más contribuyen a la contaminación atmosférica urbana son el transporte motorizado, los pequeños fabricantes y otras industrias, la quema de biomasa y carbón para cocinar o como medio de calefacción, y las centrales eléctricas que usan carbón. La quema de madera y carbón para calentar las viviendas contribuye en gran medida a la contaminación del aire, sobre todo en las zonas rurales en los meses más fríos.