Democracia Real Ya Tenerife (DRY) ha condenado este martes lo que ha su juicio ha sido una "desproporcionada" actuación policial en la Plaza de la Candelaria de Santa Cruz de Tenerife.

Según explica en un comunicado, tras la convocatoria de una reunión pacífica "en solidaridad con los compañeros que fueron agredidos en Las Palmas", apenas iniciada la concentración se desplegaron en torno a la plaza unos 8 furgones de policía y del orden de unos 60 agentes, rodeando con claras intenciones intimidatorias al centenar de personas que se reunían en asamblea a esa hora".

"Condenamos el desproporcionado despliegue policial en torno a un grupo de personas que han demostrado sobradamente la ausencia de violencia en todas sus acciones, independientemente de que la concentración se ajustara o no a la Ley", explican al tiempo que añaden que no habían cometido delito alguno. "No son tampoco sospechosas de cometerlo", apostillan.

Así afirman que los reunidos en la plaza eran "personas que realizan un claro ejercicio de ciudadanía comprometida en unos tiempos de atropello continuo de derechos a la población". Por ello lamentan que se les trate como si fueran delincuentes "olvidando lo que contemplan las propias leyes por las que se rigen los policías, cuando hablan de ''congruencia, oportunidad y proporcionalidad'' en el ejercicio de sus funciones al relacionarse con la comunidad (artículo 5. 2 de la Ley 2/1986).

Asimismo reprocha DRY que "no se hayan aplicado con la misma celeridad y contundencia para desalojar a las personas sin hogar que han muerto en las calles de Santa Cruz de Tenerife en los últimos meses, pues de haberlo hecho, como por cierto pedían algunos ciudadanos solidarios, probablemente esas personas estarían todavía vivas".

"Condenamos que tampoco se persiga con la misma contundencia y celeridad a los muchos cargos públicos y representantes políticos que incumplen las leyes en Canarias en detrimento de la ciudadanía", añaden.

DRY además rechaza que "para identificar a un miembro de Democracia Real Ya que no huye ni grita ni insulta a nadie, ni es sospechoso, ni ha cometido nunca un delito ni hace nada que pueda indicar que lo va a cometer, se apliquen casi una veintena de agentes persiguiéndolo y rodeándolo en plena calle, delante de mucha gente, sin reparar en que al hacerlo están atentando gravemente contra su integridad moral, contra su imagen y contra su honor".

Por último, el movimiento condena "el giro represivo y antidemocrático que están tomando las instituciones que nos gobiernan, haciendo de nuestra democracia puramente una farsa que nos recuerda a tiempos de los que sólo sabemos por nuestros padres, que creímos superados pero estamos peligrosamente cercanos a revivir".