El director del Laboratorio de Referencia en España de E.coli (LREC), Jorge Blanco, se ha mostrado, "muy comprensivo" con las autoridades alemanas en relación con el brote infeccioso.

Con todo, en una rueda de prensa en Lugo, ha considerado que el único fallo de las citadas autoridades fue la falta de agilidad en el envío de las muestras a sus laboratorios de referencia, para descartar que el origen del brote de la bacteria fuesen los pepinos españoles.

A su juicio, las autoridades germanas no actuaron tan mal, porque ante una alerta sanitaria como la que se les presentó pusieron "por encima de la economía la sanidad" y "retiraron toda la partida de pepinos" procedente de España, porque "con los datos que tenían en la mano", pensaban que podían suponer "un grave riesgo".

Reconoce, sin embargo, que en la toma de decisiones sí hubo "un fallo", porque las autoridades de Hamburgo tendrían que haber remitido lo antes posible las muestras a uno de los centros de referencia de Berlín, "porque tienen cuatro o cinco de proyección mundial".

A su juicio, eso debió hacerse "en el menor tiempo posible", incluso en 48 horas, para "confirmar o no" el origen del brote. "Ahí, tal vez hubo un retraso mayor de lo debido, pero con las circunstancias que está viviendo Alemania, yo soy muy comprensivo", insistió el científico español.

"Lo último que había que demostrar era que la huella digital del código genético de barras era exactamente el mismo", para confirmar que "la cepa aislada del alimento era la responsable del brote", pero "ahí es donde se falló", dijo Jorge Blanco.

El experto tuvo palabras de aliento para los agricultores, porque esta crisis sanitaria trae consigo unas "consecuencias económicas tremendas". En todo caso, tampoco quiso olvidar que es el pueblo germano el que está "sufriendo realmente el problema grave" ocasionado por la bacteria.

"La situación es muy compleja", reconoció el científico en la rueda de prensa que ofreció esta tarde en la Facultad de Veterinaria del campus de Lugo, y se preguntó "qué haríamos nosotros si aquí se nos estuviera muriendo la gente" o "si tuviésemos miles de ingresados en los hospitales".

Con respecto al origen del brote, subrayó que no hay que mirar solamente a los animales como posible fuente u origen. De hecho, llegados a este punto, opina que"no hay que descartar que el origen sean las aguas residuales humanas".

De hecho, subrayó que en Alemania todavía no tienen ni siquiera acotado el origen del brote y están pensando incluso en "el agua embotellada" como posible origen del foco y volviendo a revisar carnes y leche.

Con respecto a la dimensión de esta alerta sanitaria, reconoció que "es muy preocupante", pero se mostró convencido de que se va a controlar, en cuestión de semanas en el peor de los casos. Por ello, confía en que no se llegue "a hablar nunca" de una epidemia y se quede solamente "en un brote importante".

Sobre los pepinos españoles analizados en el Laboratorio de Referencia, mediante un protocolo que se adapta a la normativa europea pero "es todavía más exigente", los resultados fueron negativos y confirmaron que "la bacteria causante del brote no estaba ahí".

Jorge Blanco explicó que el laboratorio analizó setenta pepinos procedentes de una "de las explotaciones señaladas por Alemania", recogidos "en diferentes lotes" para tener una "muestra representativa".

Según el científico, "todos los cultivos analizados resultaron negativos para los tres genes de virulencia investigados". Además, los recuentos de bacterias "en todos los pepinos fueron de menos de diez unidades formadoras de colonias por gramo de muestra". Tampoco se ha detectado la presencia" de la bacteria "en ninguno de los cultivos de agua y suelos españoles analizados.

Blanco recordó que, en estos momentos, en "España no hay ningún riesgo ni motivo de alarma", por lo que basta con lavar correctamente verduras, hortalizas o alimentos sin cocinar, además de mantener una adecuada higiene personal. También recordó que "si la bacteria se calienta durante unos minutos a más de 70 grados, se muere.