Carteles con la frase "Cerrado por derribo" junto a un punto rojo cuelgan en la fachada de comercios y empresas del barrio lorquino de La Viña, la zona donde más daños causaron los terremotos registrados hace tres semanas y donde más decretos de demolición ha firmado ya el ayuntamiento.

Calles como Infante Juan Manuel, Carretera de Granada, Herrerías, Vendimia, Panaderías y Jardineros son un erial lleno de escombros tras la demolición de varios edificios con daños estructurales irreversibles que han tenido que ser derribados en las últimas horas por criterio técnico.

El Ayuntamiento de Lorca estima que serán al menos 500 los pisos y viviendas unifamiliares que, tras el impacto de los seísmos, correrán esta misma suerte en las próximas semanas, aunque no todos se localizan en este barrio.

Parte de los vecinos damnificados están teniendo la posibilidad de rescatar algunos enseres y recuerdos personales con ayuda de técnicos especializados y algunos podrán recuperar efectos de entre los escombros una vez finalizada la demolición, cuando los restos de derribo sean trasladados a un vertedero de inertes que estará bajo custodia.

Serán los primeros en percibir las ayudas aprobadas por las administraciones y el solar que ocupaban sus casas ya centra la atención de las autoridades, que piensan en una rápida reconstrucción de la zona para evitar que barrios como La Viña -con 4.964 habitantes según el nomenclátor de 2009- queden parcialmente despoblados.

El concejal de Urbanismo, Francisco García, ha reconocido que ya se han iniciado "conversaciones" con los propietarios damnificados "para ver, desde el punto de vista urbanístico, como proceder a la reconstrucción".

García ha precisado que los dueños de los pisos derribados son también "copropietarios del solar" y ha afirmado que "indudablemente tendrán la colaboración del ayuntamiento para el asesoramiento en las labores de gestión, contactos y reconstrucción".

El ayuntamiento trabaja en "planteamientos" concretos para cada solar "porque la casuística es inmensa y habrá que hacer estudios caso a caso", ha añadido García, para el que es "una prioridad culminar la demolición y proceder a las gestiones para la reconstrucción" de este barrio y del resto de las zonas afectadas por los seísmos.

"Las familias" damnificadas "podrán aguantar un tiempo en casas de familiares, o en viviendas de alquiler, pero esas no son sus casas, quieren retornar a una vivienda en su solar, en su propiedad en la que hacer vida normal", ha precisado el edil de Urbanismo en funciones.

La reconstrucción del patrimonio histórico-artístico dañado por los movimientos sísmicos es otra de las preocupaciones de las autoridades locales y regionales, aunque ya se han cerrado los proyectos para la reconstrucción o restauración integral de varias iglesias seriamente dañadas.

Es el caso de la ex colegiata de San Patricio, el monasterio de las Clarisas, las iglesias de San Diego, la de Cristo Rey o el santuario patronal de la Virgen de Las Huertas, cuya financiación correrá a cargo de fundaciones e instituciones privadas, con excepción del castillo de la ciudad, cuyo proyecto asumirá el Ministerio de Fomento.