La cromosfera del Sol está formada por infinidad de fibrillas que parecen emerger de las zonas magnetizadas de la estrella pero investigadores de la Universidad de Estocolmo y del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) han descubierto que una parte de ellas no siguen las líneas del campo magnético.

Así lo ha explicado Héctor Socas, del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), quien ha señalado que en la mayoría de los casos las fibrillas representan las líneas del campo magnético del Sol, pero "sorprendentemente" existe un número minoritario aunque importante que no lo hacen.

Héctor Socas ha llegada a esta conclusión en una investigación que ha realizado junto con Jaime de la Cruz, de la Universidad de Estocolmo, y ha añadido que, por el momento, no son capaces de explicar la existencia de esas fibrillas "rebeldes".

Recordó el investigador del Instituto de Astrofísica de Canarias que el Sol es una estrella activa capaz de desencadenar en un instante violentas explosiones que liberan más energía que millones de bombas atómicas detonadas a la vez.

Esa potente actividad tiene un origen electromagnético que se genera en el interior del Sol y emerge de forma regular a la superficie de la estrella.

Los científicos han asumido durante décadas que las fibrillas que se ven en la cromosfera del Sol y que al observarlas se ven como las limaduras de hierro que se organizan en torno a un imán, eran líneas de campo magnético.

Pero no es así, ha señalado Héctor Socas, quien ha añadido que la cromosfera es una región a unos 1.000 kilómetros por encima de la superficie del Sol que se observa con filtros especiales y de la que aún se entiende muy poco.