Las reclamaciones de seguros relacionadas con el clima o la meteorología han aumentado "drásticamente" en los últimos 40 años, multiplicándose por ocho el promedio del coste en las décadas de los 70 y 80: de 3.500 millones de euros a 27.800 en 2010.

Según un estudio difundido ayer por la aseguradora Allianz, la mayoría de las pérdidas aseguradoras de catástrofes se concentran en Estados Unidos y Europa (60% y 28%, respectivamente).

Esto se debe a que los desastres naturales tienen "un efecto enorme en las zonas con una alta densidad de población y estructuras de gran tamaño, y algunas de las zonas más pobladas del mundo se encuentran en áreas de una gran actividad sísmica o en áreas costeras con riesgos propensos a huracanes e inundaciones".

En 2005, el "Katrina" fue el tercer mayor huracán llegado a EEUU y el desastre natural más caro que nunca hubiese ocurrido, con unas pérdidas para los aseguradores de 41.600 millones.

Se cree que murieron casi 2.000 personas en la tormenta y más de un millón de residentes de la Costa del Golfo se vieron obligados a trasladarse.

Respecto al seísmo y tsunami en Japón, Allianz señala que será "muy" caro para el país, los mercados mundiales y las aseguradoras -no solo por los siniestros relacionados directamente con el desastre, sino también por las pérdidas debidas a las interrupción del negocio-. Este tipo de pérdidas se presentan, por ejemplo, cuando la producción de un fabricante se paraliza debido a una falta de entrega de piezas de un proveedor que ha sido afectado por los acontecimientos de Japón.