El Defensor del Pueblo cree que el nuevo diseño de las pruebas de acceso a la universidad, que entraron en vigor en 2010, ha estado sometido a "vaivenes constantes y modificaciones sucesivas", lo que ha generado en los alumnos "desconcierto y descontento generalizado".

La institución recibió ese año, según su informe anual, "numerosas" quejas de los alumnos sobre la regulación de la selectividad, especialmente relativas a su contenido y organización y a los criterios de prioridad para la admisión universitaria de estudiantes en casos de concurrencia competitiva.

Algunas de ellas fueron de alumnos que se sentían perjudicados académicamente debido a que la adscripción de materias de modalidad a las ramas de conocimiento de los nuevos grados universitarios se publicó cuando ellos ya estaban cursando el bachillerato.

También fueron "frecuentes" las reclamaciones de los que habían obtenido una calificación próxima a 10 puntos en pruebas anteriores, pero que habían aplazado la incorporación a los estudios y ahora tendrían que ajustarse a la nueva normativa, que prevé exámenes voluntarios para conseguir hasta 4 puntos más.

Otra de las cuestiones "más controvertidas" es el acceso universal de los titulados superiores de FP y otros a la universidades, ya que se suprime la reserva de plazas.

Los graduados de FP manifestaban que la desaparición de tal cupo les restaba sensiblemente la posibilidad de acceder a las enseñanzas con mayor demanda por no poder presentarse, en principio, a los exámenes voluntarios para mejorar la nota.

El Ministerio de Educación, según el Defensor, ha emitido diversa normativa para resolver estas cuestiones.

El Defensor también constata las "indeseables consecuencias" de la crisis económica en instalaciones y equipamientos escolares, en servicios como transporte escolar, limitación o supresión de algunas ayudas para alumnos y familias y dotación de profesorado y personal de apoyo.

Además, reclama con convicción firme, pero con esperanza limitada, que se busque de nuevo un pacto en educación, porque hoy es más necesario, si cabe, dadas las incertidumbres que genera la crisis económica.