La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, adelentó ayer que el próximo curso se empezará a impartir en la región el Bachillerato de Excelencia para los alumnos que hayan obtenido mejores resultados en la ESO, que estudiarán en un centro exclusivo con una enseñanza más exigente.

Así lo anunció Aguirre al final de la entrega de Premios Miguel Catalán y Julián Marías 2010 a la investigación científica. La presidenta madrileña señaló que el objetivo del nuevo Bachillerato es ofrecer a los alumnos más sobresalientes de Secundaria una enseñanza que "como ellos, aspire a la máxima excelencia".

Según fuentes de Educación, el nuevo Bachillerato se impartirá en un nuevo centro que funcionará el próximo curso como experiencia piloto y en el que en principio habrá cuatro grupos, de entre 20 y 25 alumnos por aula, con un máximo de entre 80 y 100 alumnos en primer curso con director, programa y profesores especiales, adecuados a su nivel académico.

A este Bachillerato de Excelencia tendrán acceso directo los 25 mejores alumnos de la ESO de la Comunidad de Madrid, es decir aquellos que han recibido el Premio Extraordinario en Secundaria y el resto serán estudiantes con mención honorífica.

Para ello, se exige una nota media de 8 en cuarto de la ESO y de más de siete en la Prueba de Conocimientos y Destrezas de tercero de Secundaria, explicaron las fuentes. El futuro Instituto de Excelencia impartirá dos modalidades de Bachillerato: el de Ciencias y Tecnología y el de Ciencias Sociales.

Según la presidenta, el objetivo de esta novedad académica es crear instituciones que primen los valores de "excelencia, trabajo, esfuerzo, estudio, talento y dedicación", al igual que ya hacen otros países europeos que diferencian la formación de los alumnos más aventajados.

El Bachillerato de Excelencia se une a otras iniciativas que ya funcionan en la Comunidad, como los Premios Extraordinarios de Secundaria, la Mención Honorífica y los Diplomas de Aprovechamiento, destinados a reconocer a los alumnos que han realizado un esfuerzo para sacar el máximo rendimiento de sus estudios obligatorios.

El Ejecutivo de Esperanza Aguirre se ha distinguido por sus llamativas decisiones en materia educativa. Desde mayo del pasado año, los 75.000 profesores de la Comunidad de Madrid -tanto los de la enseñanza pública como los de la privada o concertada- tienen la consideración legal de autoridad pública, una condición que también se aplica fuera de las aulas y se extiende a transportes, actividades extraescolares y comedor y que implica la concesión de incentivos salariales a directores y jefes de estudio.

Aunque, en líneas generales, fue bien acogida por la comunidad educativa, la medida también tuvo sus detractores, especialmente entre quienes veían en ella un retroceso y una vuelta al "autoritarismo" del profesorado.

reacciones

Sindicatos y padres, en contra

CCOO y FETE-UGT consideraron ayer que el Bachillerato Excelente que quiere implantar la presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre, para los alumnos con mejores calificaciones si el curso que viene sigue en el poder, es "ridículo" y supone el "apartheid" de los estudiantes. Se está ayudando a 80 alumnos "que no lo necesitan" y "se abandona a los que sí lo necesitan", argumentó Paco García, de CCOO, mientras que Eduardo Sabina, de UGT, recordó que la educación "tiene que ser integradora" y apuntó que "sacar a los alumnos de su entorno social es absurdo". Por su parte, José Luis Pazos, de la Federación de Asociaciones de Padres (FAPA) de la Comunidad de Madrid, sentenció: "Estamos en contra de la separación del alumnado como consecuencia de sus capacidades personales".