El tiburón marrajo dientuso recorre una media de 30 kilómetros al día y casi siempre se encuentra por encima de los 150 metros de profundidad, aunque en algunas circunstancias baja hasta los 900 metros, según un estudio realizado por científicos del Instituto Español de Oceanografía (IEO).

Así, el equipo de investigadores ha estudiado la dinámica de las poblaciones del tiburón marrajo dientuso en el Océano Pacífico a través de la información recibida vía satélite desde marcas adosadas a nueve ejemplares capturados y liberados por la flota palangrera española, que faena en esas aguas y que colabora asiduamente con los científicos del IEO.

Se trata de los investigadores Francisco Javier Abascal, Manuel Quintans, Ana Ramos-Cartelle y Jaime Mejuto, de los equipos de investigación de los centros oceanográficos de Tenerife y de La Coruña del IEO, que han publicado en la revista ''Marine Bioloogy'' un trabajo sobre los movimientos y las preferencias medioambientales de esta especie (Isurus Oxyrinchus) en el océano Pacífico Suroeste.

Con este objetivo, se marcaron nueve ejemplares de dicho tiburón con pequeños dispositivos electrónicos denominados marcas ''pop-up'' que se unen a la musculatura dorsal del animal y que graban de forma continua información que permite conocer su posición, temperatura del agua y profundidad.

Los datos almacenados en las marcas son posteriormente emitidos a tierra vía satélite cuando ésta se suelta del animal y sube a la superficie por flotación. En total observaron 341 días de migración, un recorrido horizontal total de 10.825 kilómetros para el conjunto de los nueve ejemplares.

Concretamente, según los científicos, los marrajos estudiados recorrieron una media de 30 kilómetros diarios y, aunque no se ha apreciado un patrón claro en su distribución horizontal, menos su tendencia a desplazarse hacia zonas más costeras durante los meses del experimento, en cambio, sí se ha podido observar que la mayor parte del tiempo lo pasan por encima de los 150 metros de profundidad, a una temperatura que oscila entre 12 y 24 grados centígrados, llegando a sumergirse hasta casi 900 metros de profundidad y a soportar temperaturas de hasta cinco grados.

UNO DE LOS MÁS RÁPIDOS

Se trata de una especie de tiburón relativamente frecuente en el Pacífico, el Índico y el Atlántico, incluido el mar Mediterráneo, que se caracteriza porque son grandes migradores y uno de los tiburones más rápidos cuando la situación lo requiere.

Asimismo, aparece frecuentemente dentro de las capturas accidentales en las flotas dedicadas al atún y al pez espada en todo el mundo, sobre todo tras la expansión geográfica de estas artes hacia regiones oceánicas en el siglo pasado. Suele representar la segunda especie de tiburón más prevalente en las capturas accidentales de estas flotas.

El IEO señala que en el caso de la flota española de palangre de superficie, que se dedica a la pesca del pez espada en el Pacífico, las capturas de este tiburón supusieron unas 1.800 toneladas en el año 2009. Varios estudios indican que esta especie pudo haber sufrido una disminución significativa de sus poblaciones y, desde el año 2009, este tiburón está clasificado como especie vulnerable en la Lista Roja de la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza (UICN).