Óscar Lorenzo Afonso nació con una displasia en la cadera. "Nos dijeron que era una afección congénita", explica Rosy Afonso, la madre del pequeño, que añade que esta malformación supone que su hijo nació sin la cavidad que tiene la cadera para alojar el fémur, que además es más corto y que está colocado hacia atrás.

"Es un caso raro y desde el primer día los médicos nos dijeron que tenían que estudiar a nuestro hijo para ver qué era lo mejor que se podía hacer", explica Álvaro Lorenzo, el padre del pequeño.

La primera valoración que hicieron del caso fue demoledora. "Nos dijeron que la mejor solución era cortarle la pierna y ponerle una prótesis, pero nosotros no estuvimos conformes porque nos parecía una medida demasiado fuerte, así que exigimos una segunda opinión. Fuimos a Pamplona y allí nos dijeron de esperar un año a que se formara el hueso, esperamos ese año y volvimos, pero nos dijeron más o menos lo mismo. Entonces solicitamos que nos derivasen al Hospital Niño Jesús de Madrid, allí su respuesta fue girarle el pie para detrás, para que hiciese la función de rodilla. Haciendo un gran esfuerzo de insistencia solicitamos que nos volvieran a derivar, esta vez a Barcelona, para pedir otra opinión y lo que nos dijeron en el Hospital San Juan de Dios era que cuando cumpliera los cinco o seis años quieren amputar los dedos del pie, porque según su dictamen son inservibles y quitar la rodilla para unir fémur con tibia. Nos derivaron a un ortopeda, allí nos hizo una prótesis que luego nos hemos enterado de que es más el daño que le hace que los beneficios".

Y es que durante esta peripecia por centros hospitalarios tratando de evitar la amputación de la pierna de su hijo, Álvaro y Rosy conocieron a los padres de una niña que, con las mismas circunstancias de Óscar, había sido atendida en una clínica de Alemania en donde gracias a un tratamiento y a otro tipo de prótesis había conseguido salvar la pierna y hacer vida normal.

"Tras conocer el caso de esta niña organizamos todo y, gracias a la ayuda económica de nuestros familiares, viajamos a Alemania donde nos hablaron de una prótesis que ellos mismos realizan y con la cual se protegería la cadera y el hueso y podría vivir toda su vida sin grandes problemas salvo los respectivos cambios de prótesis necesarios a lo largo de su crecimiento, pero también nos dijeron que para ellos era necesario que nos trasladáramos dos semanas para realizarle varias pruebas y saber si tiene suficiente hueso para alojar en la cadera y para que el médico le hiciera el alojamiento en la cadera, así que ahora para nosotros es el diagnóstico más fiable y acertado".

Cuál no sería la sorpresa de Álvaro y Rosy cuando se encontraron con la negativa de la Seguridad Social a costear ningún tratamiento que no fueran los que contemplan la amputación de la pierna entera, de la rodilla o de varios dedos del pie de su pequeño.

"Nosotros no entendemos nada. ¿Cómo es posible que las administraciones públicas no nos ayuden a garantizar la salud y el bienestar de nuestro hijo?. Pensábamos que esa era la obligación de las administraciones", dicen indignados, y es que se da la circunstancia de que ambos actualmente se encuentran desempleados y no tienen medios suficientes para poder ir a Alemania por su cuenta y costear el tratamiento.

"Es tristísimo que sepas que existe algo que puede cambiarle la vida a tu hijo y que no se lo puedas dar porque no tienes dinero. Mi familia ya no puede darnos más, así que dependemos de que nos ayuden los ayuntamientos, el cabildo, el Gobierno de Canarias e incluso cualquier persona que así lo desee, por lo que hemos puesto en marcha la página web ayudaaoscar.com en la que recaudamos fondos para ir a la clínica. Sólo esperamos poder llegar a tiempo, porque ya nos han dicho que hay que operar a Óscar antes de que cumpla tres años", balbucea entre sollozos su madre.