Unas 60.000 personas, según la Subdelegación del Gobierno en Granada, asistieron ayer al acto de beatificación del capuchino Fray Leopoldo de Alpandeire en la base aérea de Armilla, donde se desarrolló el acto presidido por el arzobispo Ángelo Amato en representación del Vaticano.

La ceremonia dio comienzo con la interpretación del "Ave María" de Schubert a cargo de la cantante granadina Rosa López, que estuvo acompañada al piano sobre un escenario que ha hecho las veces de altar y desde el que se ha celebrado una eucaristía concelebrada por 150 religiosos.

Previamente a la misa, el prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, el arzobispo Ángelo Amato, titular de la diócesis de Sila (al Sur de Nápoles), leyó la carta apostólica por la que el Papa Benedicto XVI inscribe como beato al fraile, conocido popularmente como "el limosnero de las tres Ave Marías" y especialmente venerado en la Andalucía Oriental.

Tras la proclamación de su beatificación fue descubierto un tapiz de grandes dimensiones con la imagen del capuchino.