La investigadora Margarita Salas tiene previsto hablar mañana en Tenerife sobre "La biología molecular y su repercusión en la biomedicina del siglo XXI", en una conferencia en la que tratará sobre el conocimiento de los genes implicados en enfermedades y sus mecanismos de control.

La charla-coloquio tendrá lugar en el Museo de la Ciencia y el Cosmos, dependiente del Organismo Autónomo de Museos y Centros del Cabildo de Tenerife, y se incluye en los seminarios que organiza el Instituto de Astrofísica de Canarias, informa la corporación insular en un comunicado.

Margarita Salas, que es bióloga molecular y miembro de la Real Academia Española, hablará de cómo a principios de 2001 se publicó por primera vez la secuencia del genoma humano de un modo independiente por un consorcio público y por una empresa privada.

Dicha secuencia está disponible gratuitamente para toda la humanidad.

Anteriormente se había conocido la secuencia de más de 50 bacterias, de la levadura de cerveza, de varias plantas, de la mosca del vinagre, del parásito causante de la malaria así como la del mosquito que transmite la enfermedad, del pez fugu, y más recientemente, la del ratón, la rata, el pollo y el chimpancé.

Tanto el genoma del ratón como el del chimpancé comparten el 99 por ciento de los genes con el genoma humano.

El conocimiento de la secuencia del genoma del ratón hará posible el estudio de casi todas las enfermedades humanas sobre estos roedores, un modelo de laboratorio cuya genética se está estudiando desde hace más de cien años y en el que se pueden hacer experimentos que no se pueden realizar en humanos.

Un dato que ha sido una sorpresa es el número relativamente bajo de genes del genoma humano (30.000) comparado con otros genomas secuenciados.

Por ejemplo, el genoma del arroz, con sólo 450 millones de nucleótidos, unas ocho veces menor que el genoma humano, que contiene 3.200 millones de nucleótidos, tiene un número de genes comparable al de éste.

Esto se debe al hecho de que cada gen humano puede codificar hasta cinco proteínas distintas, lo que no ocurre en el resto de los genomas secuenciados, y también al hecho de que el genoma humano contiene un porcentaje muy alto de ADN llamado "basura".

Otro dato interesante es que los genomas de las personas sólo se diferencian en un 0,1 por ciento, y es esa cantidad tan pequeña de información la que hace único a cada individuo.

Esto es lo que se conoce como "polimorfismos de un solo nucleótido", que aportan información respecto a la base genética de las enfermedades, así como a la respuesta de cada persona a los medicamentos.

El conocimiento de la secuencia del genoma humano, así como el de otros genomas, ha permitido identificar un número elevado de genes cuyas mutaciones producen enfermedades.

Algunas de estas enfermedades son monogénicas, es decir están causadas por mutación de un solo gen pero otras, como la diabetes, las cardiovascualres, el Alzheimer, la obesidad y el 90 por ciento de los cánceres dependen de la mutación de varios genes.

Añade que el conocimiento de los genes implicados en enfermedades, de sus mecanismos de control y del efecto de los polimorfismos de las mutaciones permitirá el diagnóstico, es decir los análisis genéticos para detectar la predisposición a enfermedades, y la prevención, evitando la exposición a factores ambientales, agentes químicos u otros.

También permitirá el tratamiento farmacogenómico o drogas personalizadas, o la terapia génica, que es la manipulación orientada a insertar genes que expresen la actividad deseada, es decir, introducir un gen normal donde el gen existente está alterado.