Manuel Huerta, médico y nutricionista, asegura que ha ideado un nuevo método para dejar de fumar sin engordar. Huerta afirma que ha probado esta metodología con entre 50 y 70 pacientes y que "un 60 o 65 por ciento han tenido éxito con la terapia".

El secreto de esta método pasa por "un tratamiento personalizado", en el que el primer paso es "desintoxicar al paciente". "La nicotina y el alquitrán son venenos tóxicos", añade el experto.

El segundo paso es "quitar la ansiedad o rebajarla", lo que realiza mediante "una dieta personalizada" ajustada "a los gustos" de la persona y en la que se incluyen "alimentos de efectos relajantes", como "la ensalada o la verdura".

En tercer lugar, hay que "enseñar a comer" a la persona que ha dejado de fumar. "Pensamos que sabemos comer pero cometemos muchos errores", afirma. Por ese motivo, este nutricionista se adapta "a los gustos y horarios del paciente". Si esa persona por sus horarios laborales sólo puede comer tres veces al día o cinco, se le adaptan las cantidades de alimentos a esa dinámica. No obstante, Huertas recuerda que "lo normal es comer cinco veces al día". Teniendo en cuenta todos estos factores se diseña "un menú semanal o mensual". "Si tiene alguna dificultad, este menú es cambiable, se sustituye un alimento por otro". La finalidad es "dar recursos alimentarios" al paciente y que esté "bien nutrido" y "quitarle la ansiedad".

En cuarto lugar, es muy importante que el paciente "no se entere de que está haciendo una alimentación especial". Con "la historia clínica y la nutricional", este especialista adapta la alimentación de tal forma que el paciente no ve alterada sustancialmente sus rutinas. "Tomará todos los nutrientes necesarios", añade el experto. "Si no le gusta la ensalada, se la sustituyo por potaje, por ejemplo".

Para ayudar a la persona que está dejando de fumar a sobrellevar el estrés, se le introducen en la alimentación "alimentos relajantes como copos de avena, leche caliente, lechuga, piña..." Por supuesto, quedan excluidos "todos los excitantes: el café se sustituye por la infusión". Además, "todos los alimentos son bajos en calorías".

El resultado de este método es la pérdida "de dos a cuatro kilos en cuatro meses al dejar de fumar". Aunque a simple vista parezca poco, el doctor Huerta recuerda que "entre el 5 y 8 por ciento de las personas que dejan el cigarrillo ganan cerca de 10 kilos". "Hay gente que acude a la consulta sólo para lograr mantener su peso y dejar de fumar", dijo.

Especialmente preocupadas por su peso están las mujeres embarazadas que dejan de fumar. Huerta dice que en un embarazo hay que subir cerca de 900 gramos al mes para tener al final de los nueve meses entre siete y ocho kilos. "Normalmente lo que se gana son entre 25 y 20 kilos", dice.

Este experto explica que él no utiliza ningún tipo de complemento alimenticio para estar bien nutrido, sino solamente alimentos que tienen todos los elementos necesarios para una alimentación equilibrada.

El coste de este tratamiento privado depende de la duración, pero Huerta matiza que puede estar entre los 300 y 400 euros para un seguimiento de seis meses con consultas cada quince días para realizar un seguimiento personalizado al paciente.

Los estudios dicen que una persona, al dejar de fumar, su cuerpo deja de consumir 300 calorías al día, que o no las comemos o tenemos que gastarlas con ejercicio físico. Esto es porque la nicotina produce alteraciones metabólicas que llevan a "gastar más calorías" y "a absorber las grasas más lentamente".

Sin embargo, todos los expertos mantienen que dejar de fumar no engorda, sino que es la ansiedad que provoca el síndrome de abstinencia de la nicotina lo que hace comer más a la persona que está dejando de fumar.