El transporte público en Madrid y Barcelona tiene importantes carencias en la información a los usuarios, según un informe elaborado para las principales ciudades europeas por distintos clubes automovilísticos del continente.

En el caso español, el informe difundido por el Real Automóvil Club de España (RACE) recoge algunas diferencias en este servicio en Madrid y en Barcelona.

El estudio evalúa con mejor nota el servicio de transporte público de Barcelona (satisfactorio), que el de Madrid (aceptable).

En la ciudad condal, dice, el usuario puede planificar su viaje por Internet o en su teléfono móvil, con mapas de la zona anexa a las paradas de autobuses, información sobre tarifas en esos puntos y señales claras de los asientos reservados para las personas que los precisan.

En Madrid, en las paradas no siempre se muestra el tiempo del trayecto, faltan señales que indiquen el nombre de la calle y sólo hay pantallas dinámicas y anuncios específicos del trayecto en algunas de ellas.

Barcelona y Madrid destacan a la par por la facilidad a la hora de adquirir los billetes, aunque en el caso de la segunda se critica que el personal de taquilla no hable idiomas (un servicio muy agradecido por los turistas) y el hecho de que los billetes no son válidos para un viaje completo, por ejemplo, del extrarradio al centro, como en otros países europeos.

Los transbordos también son distintos en una ciudad y en otra. En Madrid, las conexiones con el centro urbano y el extrarradio son sensiblemente más rápidas que la media europea, no así las que unen la capital con el aeropuerto, que reciben una mala nota.

En Barcelona hay una mayor facilidad para encontrar la parada correcta, con mejor señalización e información y pantallas dinámicas, y son más cortas las conexiones y transbordos.

En la capital catalana hay mayor número de paradas preparadas para personas con discapacidad.

Además Barcelona dispone de un sistema de alquiler y uso de bicicletas en la ciudad, mientras que en Madrid hay muchas dificultades para colocarlas en los vehículos de transporte, lo que se suma a la carencia de aparcamientos en la vía pública y las pocas facilidades para el alquiler.

El estudio, de ámbito europeo, ha evaluado 23 ciudades y ha sido la alemana Munich, la mejor considerada, y Zagreb, la capital croata, la peor valorada.

Los ponentes del informe han analizado, entre otras cuestiones, la duración del viaje, los transbordos, el precio, la accesibilidad, la información que recibe el usuario y la oferta de billetes.