Hace unas semanas fue abortada la salida de un barco negrero con inmigrantes de distintos países subsaharianos, que tenía previsto partir rumbo a Canarias, desde alta mar, frente a Senegal, tal y como explicaron observadores internacionales que han contactado con personas que habían solicitado formar parte de esta expedición clandestina, que finalmente abortó su salida.

Se trata de un viejo barco que se encuentra en la bahía de Sierra Leona y tenía previsto zarpar con el máximo número posible de inmigrantes de distintos países subsaharianos. Los organizadores de la travesía clandestina habían corrido la voz por Senegal, Mauritania, Mali, Guinea Bissau o Conakry, entre otros, con la intención de formar un gran grupo de personas.

No se sabe el número de los que habían respondido a esa llamada, pero se conoce que los responsables pedían a cada candidato 1.500 euros por adelantado, para poder reparar el barco, que está en desuso.

Finalmente, la salida se abortó, debido, sobre todo, a que este precio, a pesar de ser muy elevado para la población africana, en años anteriores lo podían conseguir -con mucho esfuerzo y con ayuda de algún familiar que vivía en Europa- pero ahora, por la crisis, tanto a unos como a otros les resulta inasequible.

Tal y como ha podido constatar este periódico, la realidad es que una buena parte de los inmigrantes que se encuentran en Canarias están en paro y ahora no pueden enviar dinero a sus compatriotas.

En cambio, en años anteriores, los africanos residentes en el Archipiélago ayudaban a costear el viaje de sus familiares.

El ministro español del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, visitó el pasado domingo la treintena de efectivos de la Policía y la Guardia Civil desplegados en Senegal en la lucha contra la inmigración ilegal.

Frontex sigue en Senegal

Pérez Rubalcaba ha viajado a este país africano para participar en la Conferencia Ministerial para la armonización de la lucha contra el tráfico ilícito de estupefacientes en África Occidental y conversó con las tripulaciones de las dos patrulleras y del buque de altura de la Guardia Civil, así como con los pilotos del helicóptero de la Policía Nacional que también opera en la zona en el control de la inmigración irregular.

Rubalcaba pudo conocer de primera mano el trabajo de los policías y guardias civiles españoles, que en los últimos meses no han detectado ningún cayuco.

Sin embargo, la inmigración clandestina sigue operativa. De momento, parece que se han frenado las salidas con destino a Canarias, pero las costas andaluzas registran llegadas de embarcaciones neumáticas con inmigrantes, tanto magrebíes como subsaharianos, que salen desde el norte de Marruecos y cruzan el Estrecho de Gibraltar.

Por este motivo, el Ministerio del Interior ha intensificado las patrullas de la Guardia Civil y las tareas de vigilancia marítima de la Guardia Civil, tanto en lo que se refiere a los recursos materiales como a efectivos y dice que, con respecto a las labores de información, éstas se centran en captar datos sobre organizadores, lugares de salida, concentración de inmigrantes, adquisición o compra de embarcaciones y "cualquier otro que permita luchar eficazmente contra este tipo de actividades".

La Comisaría General de Extranjería y Fronteras, a través de los consejeros agregados y oficiales de enlace destacados en los países de origen y tránsito, trasladan a las autoridades de éstos la información obtenida para que actúen y detengan a los organizadores o intercepten a los inmigrantes o, en su caso, frustren la salida de embarcaciones hacia las costas españolas y así debiliten las actividades de las organizaciones asentadas en dichos países.

Por otra parte, recuerda que en los meses de septiembre y octubre se puso en marcha el dispositivo Indalo, coordinado por la Agencia Europea de Fronteras (Frontex), consistente en el despliegue de medios marítimos y aéreos, complementado con personal de varios países en distintos puntos de la costa, entre las provincias de Murcia y Granada.

Según Interior, el Sistema Integral de Vigilancia Exterior (SIVE) se mantiene a la "máxima operatividad" en toda la costa del Mediterráneo, donde también continúa la realización de patrullas mixtas marítimas con la Gendarmería Real del Reino de Marruecos, en Fuerteventura-Laayoune, Algeciras-Tánger, Almería-Nador y Granada-Alhucemas.