China pidió ayer a las compañías que operan en el país asiático que apoyen el control estatal de internet, sin dar muestras de que dará marcha atrás a su política de censura en la red a pesar de que el gigante estadounidense Google amenazó con abandonar el país.

El ministro chino Wang Chen advierte sobre la pornografía, ciberataques, fraude "on line" y "rumores", presentes en la Red, y afirma que el Gobierno y los medios de internet tienen "una responsabilidad en moldear la opinión pública". El ministro asegura que China -que tiene la mayor cantidad de internautas del mundo, 360 millones- es en ocasiones víctima de ataques de "hackers", y que Pekín se opone "de manera resuelta" a ellos. Los comentarios de Wang son la primera reacción oficial de Pekín después de que Google amenazara con abandonar el país por los ciberataques.

La empresa aseguró que no acatará la censura y amenazó con cerrar su sitio web en idioma chino, google.cn, debido a ataques provenientes de China contra activistas de derechos humanos que usaban su servicio Gmail y contra decenas de compañías.