Si en la reciente cumbre de Copenhague contra el cambio climático no se obtuvieron los compromisos que se esperaban contra el calentamiento, el dibujante Francisco Ibáñez ofrece al menos una alternativa humorística con su "Guía para la vida del ecologista de hoy en día" de Mortadelo y Filemón.

De todas formas, que nadie se engañe, si la Tierra se tiene que salvar con las recomendaciones recogidas en las 144 páginas de esta guía (Ediciones B), elaboradas con "papel 100% reciclado procedente de las colillas de los ceniceros de la T.I.A (agencia para la que trabajan la descacharrante pareja)", será mejor que las próximas generaciones vayan buscando otro planeta que colonizar y "destruir".

Entre los "grandes peligros" que acechan a la Humanidad, Mortadelo y Filemón, convertidos para la ocasión en salvadores ecologistas, apuntan el temido cambio climático, el olvidado agujero de la capa de ozono, el deshielo de los polos o la posibilidad de que "Raúl sea convocado por Del Bosque".

La guía se abre con un cuestionario para determinar el grado de ecologismo del lector y su conocimiento de los efectos del calentamiento.

Así, se le da a elegir entre tres opciones para que conteste qué es el ozono: un delantero del Olimpique de Marsella; un señor con problemas de higiene capilar o (y ésta es la correcta) una sustancia compuesta por tres átomos de oxígeno.

Los dos agentes de la T.I.A., acompañados por el ''dire'', la secretaria Ofelia y el profesor Bacterio -con un cameo de Rompetechos- van haciendo un "sui generis" repaso visual sobre cómo el hombre y su actividad están acabando con el planeta, y cómo la naturaleza se defiende enviando sequías, incendios o maremotos, entre otras catástrofes naturales varias.

Mortadelo, en una espiral de sus compulsivos cambios de imagen, invita a acercarnos a la fauna y a poner un animal en nuestras vidas: una orca para el condenado a muerte; un canguro para los padres con niños, o un camello para el traficante.

Sin embargo, también expone los mandamientos del "antiecologismo", entre ellos "Digamos sí a la energía atómica", máxima justificada con que, "si no hubiese sido por los experimentos nucleares, no habrían existido nunca La Masa, Spiderman y la mayoría de los superhéroes".

Para demostrar que no estamos solos en la lucha ecologista, la guía recuerda a algunos famosos ''verdes'': "Reciclarck Gable", "Umberto Eco" o "Fauna Pausini". No obstante, desde la T.I.A se alerta de que el lado oscuro también cuenta con respaldos mediáticos: Sofía Matagatos, Eduardo No Riega, Gasolina Jolie, Vertido Osborne, Liofuel Messi o Quemando Torres. El combate parece desigual.

Ibáñez, en su habitual uso procaz de las palabras, incluye en esta desternillante guía un diccionario ecológico para que todo el mundo tenga claro, por ejemplo, lo que es la energía sostenible (fuerza que emana de los sostenes), la radiactividad (actividad de los programas de radio), el ''cabrono'' (elemento químico con muy mala uva), la polución (dolencia debida al consumo masivo de polos) o un contenedor (restaurante en el que se come con un solo cubierto).

Además, el padre de algunos de los personajes más populares de los tebeos advierte de que se mantenga el libro fuera del alcance de los ancianos si no se desea que acaben convertidos en "viejos verdes".