El dueño del restaurante de la Cofradía de Pescadores de San Andrés, Lázaro Déniz, advirtió ayer de que el establecimiento seguirá abierto "hasta que vengan a precintarlo".

Visiblemente molesto con la situación, tras el cierre decretado por la Gerencia de Urbanismo, Déniz aseguró que "nadie le ha notificado nada", y sostuvo que "todo está en los juzgados, y de ahí no ha salido nada".

"Queremos que sea un juez el que diga cuál es nuestra situación, porque si no fuera legal, no estaríamos pagando impuestos", remarcó el afectado.

El pasado jueves, el Boletín Oficial del Estado (BOE) publicó un anuncio de Urbanismo en el que se confirmaba la multa de 20.000 euros al establecimiento y el cese definitivo de la actividad, tras haber sido desestimadas las alegaciones que había presentado.