Vecinos de Anaga han mostrado su voluntad de colaborar con la empresa que elija el Cabildo de Tenerife -todo apunta a Tragsa- para apañar los centenares de cabras y ovejas salvajes que hay en varios puntos del Macizo.

Esa es una de las conclusiones que se extraen de la reunión que mantuvo ayer el concejal de Medio Ambiente, Carlos Correa, con representantes vecinales y cabreros de la zona, y que ahora trasladará a la Consejería de Medio Ambiente del Cabildo de Tenerife a comienzos de 2019.

"Tanto los cabreros como muchos vecinos son expertos y perfectos conocedores del terreno, lo cual facilitaría la recogida de los animales", dijo Correa.

En todo caso, reconoció que las apañadas "van a ser largas", tanto por la orografía como por tratarse de animales que están acostumbrados a estar sueltos, por lo que los vecinos quieren "que se empiece ya" con esa labor, sobre todo en caseríos como Chamorga, Lomo de las Bodegas y Roque Bermejo, en los que la presencia de cabras y ovejas es más numerosa.

Carlos Correa avanzó que ya planteó, en la última reunión con el área de Medio Ambiente del Cabildo, la posibilidad de conseguir una bolsa de terreno en la que se puedan depositar los animales capturados hasta que el Gobierno de Canarias apruebe el decreto que regula el consumo de esta carne.

"Sería una zona momentánea hasta que esa norma entre en vigor, y hay vecinos, incluso, que están dispuestos a ceder parte de sus espacios", explicó el concejal.

"Ha sido una reunión fructífera. Le pondremos en bandeja al Cabildo estas propuestas y ahora serán ellos los que las acepten o vayan por libre", añadió Correa, quien confía en que una vez se haya formalizado la encomienda de gestión para las capturas "se sienten con nosotros y con los vecinos para ver la hoja de ruta a seguir".

Sobre el mismo asunto se manifestó el presidente de la asociación de vecinos Los Pedacillos, de El Suculum, José Ángel Rojas, quien manifestó la sensación de "desánimo" que se está extendiendo entre los propietarios de huertas y fincas en Anaga ante la falta de iniciativas para controlar estos animales.

"Es otra piedra más en el camino. La gente está cansada porque no tienen quien les defienda. Hay zonas que se están convirtiendo en un cementerio", lamentó.