Es una construcción que, tal vez, pasa desapercibida para la gran mayoría de vecinos. Sin embargo, quienes han tenido que "sufrirlo" durante años han reclamado, hasta ahora sin mucho éxito, una actuación urgente. Ahora deberá acelerarse.

El concejal de Urbanismo de Santa Cruz, Carlos Tarife, firmó esta semana la caducidad de la licencia de obras y de reforma del edificio a medio construir ubicado entre las calles San Clemente y Jesús de Nazareno, en pleno centro de la capital.

El permiso, concedido en agosto de 1979 por acuerdo de la Comisión Municipal Permanente, permitió levantar un edificio de seis plantas, ático, semisótano y dos sótanos que, por razones que se desconocen, nunca llegó a concluirse. Y así ha permanecido durante años.

Ese paso del tiempo y la falta de conservación han motivado que, en varias ocasiones, los vecinos del entorno se hayan quejado en el ayuntamiento por la caída de cascotes. "En más de una ocasión", según confirma el edil.

Por ello, y además de las implicaciones que tendrá la caducidad de la licencia, Carlos Tarife advierte de que los propietarios deberán hacer un "correcto mantenimiento del inmueble" de tal manera que no perjudique a transeúntes y vecinos. "Urbanismo estará vigilante. Eso no lo van a poder eludir", remarca.

Esa será la opción más inmediata que deberán cumplir los dueños de la construcción a medio terminar. Pero tienen otras dos, algo más complejas.

Como quiera que el inmueble incumple las normas urbanísticas en vigor, los propietarios deberán elegir entre dos alternativas si quieren "salvar" la edificación. La primera de ellas es el derribo de una de las plantas. Con ello, aclara el concejal, la construcción cumpliría con el Plan General de Ordenación (PGO) vigente y, por tanto, sería legal.

"Comprobado el proyecto aprobado con la licencia mencionada, este difiere en cuanto a los parámetros urbanísticos previstos por el planeamiento y normas de ordenación pormenorizada en vigor", reza la resolución firmada por Tarife.

La segunda opción por la que pueden optar los propietarios es más compleja aún. Si quisieran aprovechar el espacio y adaptarse a las normas urbanísticas actuales, tendrán que presentar un proyecto de demolición y construcción de un nuevo edificio, pero esta vez con una licencia nueva y actualizada.

El propio concejal de Urbanismo reconoce que es difícil entender cómo no se ha actuado antes en un inmueble así, teniendo en cuenta que está en un punto neurálgico de la ciudad, y lo atribuye a un "empecinamiento" de los dueños.

Carlos Tarife

concejal de urbanismo de Santa cruz