Vecinos de la Rambla Pulido y la parte alta de la calle Castillo demandaron ayer una rehabilitación integral de la emblemática plaza Weyler y recalcaron la necesidad de hacer obras de accesibilidad para que el espacio pueda ser compartido por los vecinos con total comodidad.

Sobre ello, critican que la plaza solo es accesible por un lateral, la esquina más próxima a las calles Méndez Núñez y Juan Pablo II, donde hace unos 20 años se hizo un rebaje con motivo de las obras del Plan Urban. Esta actuación daba continuidad a la conexión viaria desde Galcerán hasta Méndez Núñez, pero no solucionó uno de los problemas principales: la accesibilidad por los otros lados de la plaza.

"Es lamentable que si vienes desde el puente Galcerán, calle Castillo, Callao de Lima o Rambla Pulido tengas obstáculos que te impiden caminar con seguridad", explicó una de las convocantes visiblemente molesta.

Sobre ello señaló que padece importantes problemas de movilidad y que tiene que hacer "un rodeo que no vea para poder sentarme un banco de la plaza. No es una cuestión de que me vaya a otra parte. Las plazas están para disfrutarlas y este espacio es excluyente. Da igual que sea BIC".

Una de sus acompañantes criticó que si se viene desde Galcerán hay dos escalones pequeños para poder acceder a la plaza, "algo mortal para las personas en silla de ruedas, para carritos o muletas. Al final si quieres entrar por aquí tientes que ir por la rampa del carril de taxis invadiéndolo. Eso es un peligro".

Una de las usuarias señala las dificultades que tiene a diario para acceder a la plaza Weyler con el carrito del niño, recordando que los laterales sur, oeste y este son completamente inaccesibles. "Es lamentable que no se corrija".

Por otra parte, los convocantes ponen reprochan que el interior de la plaza de 4.743 metros cuadrados no está mejor. "Reconocemos que es bonita, está bien visualmente hablando. ¿Pero alguien se ha dado cuenta cómo está el interior? Es lamentable".

Se refieren a los caminos de piedra basáltica y los laterales con conglomerado y piedra de playa. Sobre la primera parte alertan que es normal que los vecinos y turistas "se tuerzan el tobillo en el mejor de los casos, porque es fácil pegarse un trompazo porque tropiezas y te caes".

"Eso es verdad -señaló uno de los taxistas que tienen la parada allí-. En más de un ocasión hemos tenido que levantar a personas y alguna que otra mujer a la que se le traba un tacón entre las piedras".

En cualquiera de los casos, piden una solución a los problemas de accesibilidad y movilidad de la plaza Weyler.

Una plaza BIC

El concejal de Accesibilidad del Ayuntamiento de Santa Cruz, Carlos Correa, reconoció "los problemas existentes en la plaza Weyler", añadiendo que "el Plan de Accesibilidad los recoge al igual que sucede en la plaza del Príncipe, por ejemplo". No obstante, explicó que "la plaza tiene la consideración de Bien de Interés Cultural (BIC) y no se puede tocar a menos que el área de Patrimonio Histórico del Cabildo lo autorice" . Sobre la accesibilidad, dijo que" no solo se trata de poder acceder al interior, sino que los pasillos y su pavimento no son los apropiados", tal y como denunciaron los vecinos.