La Asociación de Kioscos de Las Teresitas hizo público ayer un comunicado en el que cree positiva su presencia en la playa porque genera unos 150 empleos directos y contribuye a la mejora de la imagen turística de la ciudad desde que abrieron, hace un mes.

A raíz de las críticas por los altos precios de los servicios, el colectivo explica que "para participar en el concurso cada uno de los interesados tuvo que depositar una garantía de 100.000 euros. Finalmente han obtenido licencia dos empresarios de los antiguos quioscos y seis nuevos". Además, el pliego obliga a hacer una inversión mínima de 80.000 euros, "pero que en total asciende a los 150.000 euros, más el canon que se paga al ayuntamiento y que en algunos casos asciende a más de 100.000 euros, todo a amortizar entre tres y cuatro años".

El desembolso "nos obliga a establecer unos precios que nos permitan generar los ingresos suficientes para afrontar el alquiler anual, los pagos a la Seguridad Social y las nóminas a los empleados, e intentar recuperar la inversión en los años previstos". "En cualquier caso -sigue-, el alquiler de las hamacas y las sombrillas (dos euros en cada caso) viene estipulado en el pliego del ayuntamiento". "Se puede disfrutar del alquiler de las hamacas, la sombrilla y la adquisición de bebidas y comidas por un módico precio", aseguran.

Destacan que la presencia de los nuevos quioscos en la playa viene a "ampliar el abanico de oferta en la playa y disfrutar de lo que antes no había en cuanto a nuevos servicios". Añaden que "en ningún caso ha habido empresarios que han sido favorecidos en el concurso público, ya que se realizó a sobre cerrado y el criterio de adjudicación ha sido únicamente la mejor oferta económica".

El comunicado destaca que los quioscos de Las Teresitas están "generando sinergias con restaurantes y comercios de la zona, tendiendo puentes para que se beneficien del público potencial que abandona la playa".

Hacen constar que, cuando ya se pusieron en marcha, entendieron que tenían permiso para cerrar la actividad a las 2:00 horas de madrugada, como ocurre con otros establecimientos de la ciudad con la misma licencia. Sin embargo, el concejal de Infraestructuras, José Alberto Díaz-Estébanez, les comunicó el 17 de agosto que debían cerrar en verano una hora después del ocaso, las 22:00 horas, y en invierno, a las 20:00. Reiteran que su objetivo no es convertir los quioscos en discotecas al aire libre, sino que su apuesta es la restauración.

La asociación recuerda que los empresarios cuentan con una licencia de música ambiental a 55 decibelios, y reconocen que "algunos no lo han cumplido". Precisamente por este motivo han recibido avisos y celebrado reuniones, y "tenemos claras las normas y hasta dónde podemos llegar". Y admiten que algunos han "forzado la máquina para intentar recuperar la inversión", máxime cuando abrieron con el verano muy avanzado y que en las últimas horas del día es cuando se concentran más clientes".

La asociación apuesta por hacer de Las Teresitas una playa medioambiental donde se consuma solo con vasos reciclables.