"Ya no se trata de una cuestión vecinal, es por pura humanidad". Así se refieren vecinos de Barrio Nuevo, enclave situado por encima de la antigua clínica La Colina, al caso de un joven indigente que, desde el pasado 22 de diciembre, "vive" junto a unos contenedores del barrio.

Sin más ropa que una sudadera -cuando la usa-, un pantalón corto y unas zapatillas de deporte, el joven ha pasado las últimas noches de lluvia sin ningún tipo de protección, en un banco y temblando de frío. "Verlo da pena", cuenta una residente. "Es una cosa que parte el alma. Si sigue lloviendo va a aparecer muerto", añade.

Según relata otra vecina, desde que apareció por la zona el joven ha vivido de la caridad de la gente, que le lleva algo de comida, a pesar de que no se comunica mucho. "Habla español perfectamente, pero no quiere hablar con nadie", asegura otra residente, un hecho corroborado por este periódico, que trató, sin éxito, de conocer su situación.

El caso es conocido también por los Servicios Sociales del Ayuntamiento, con quienes se puso en contacto la presidenta de la asociación de vecinos de Barrio Nuevo, María Elisa Mínguez.

"Sé que vinieron los de la UMA y hablaron con él, pero ahí sigue", relata Mínguez, quien recalca que el chico "va rodando de un lado a otro, sin tener donde comer ni donde ducharse". "Nos ha quitado la tranquilidad. Somos humanos", sostiene la presidenta vecinal, al tiempo que se muestra contrariada con las leyes.

Sobre este asunto, el concejal de Atención Social de Santa Cruz, Óscar García, reconoce que es un caso "conocido" que lleva siendo trabajado por la UMA "desde hace tiempo". La última intervención con él, apunta García, fue el 4 de enero, quien detalla que el afectado "no accede a volver con su familia, aquí en Santa Cruz".

"Sabemos que la familia está intentando que vuelva a casa, pero la UMA piensa que han indicios de que tiene un problema de salud mental. Por eso es un caso un poco especial", apunta el edil. Es más, según dice, el joven ya estuvo ingresado en el área de Salud Mental del HUC. "Volveremos a intentar que ese equipo tenga de nuevo una actuación con él", avanza.

"Así empezaron las chabolas y miren ahora"

"La gente está que echa fuego". La afirmación la realizó ayer un dirigente de la asociación de vecinos Azorín, en referencia al malestar que ha generado en el barrio la presencia, otra vez, de varias casetas de campaña en el parque del Poeta Manuel Castañeda.

Escaldados ya por tener que aguantar "lo que nadie quiere", en referencia a recursos sociales como el albergue, los vecinos temen que el parque se convierta en un punto más de residencia de personas sin recursos. "Así empezó en las chabolas, por una, hasta que hicieron el poblado", se quejó una residente.

Según explicaron desde el colectivo vecinal, la aparición de casetas de campaña, dos ayer, una de ellas con mantas y otros enseres, se produjo hace unos días, y ahí se han mantenido. "Vienen por la noche y las instalan", aseguraron.

Es más, desde la asociación de vecinos advirtieron ayer del carácter violento de estos nuevos "residentes", que se encararon ayer mismo con residentes en la zona que les reprocharon el hecho de que quisieran colocar en el parque otra caseta más. "Les dijeron que nadie los iba a mover de allí", indicaron.

"Esto demuestra una vez más que la Policía no pasa por el barrio, y mucho menos de noche", se quejaron desde el colectivo vecinal de Azorín.