El teatro Guimerá acogió la noche del pasado sábado el concierto 75 aniversario de la rondalla Unión Artística El Cabo, una cita que reunió a medio millar de incondicionales del género. El acto se prolongó durante casi dos horas y media, si bien resultó dinámico por la agilidad con las que se sucedieron las dieciséis obras que acometió la agrupación, a las órdenes del maestro Israel Espino. Escuchar a solistas ganadores de primeros premios con la formación, el regreso al escenario de Argelio Bermúdez, que cantó en rondallas por última vez en 2006, la simpar intervención de Candelaria González -que bajó un poco del cielo a la bombera chicharrera- o el mano a mano de Badel Arbelo con Besay Pérez en Granada son momentos inolvidables.

El concierto arrancó con "Marina", para seguir con una de las voces de la "masía" de El Cabo, el herreño Roger Gutiérrez. A continuación, uno de los momentos grandes por doble motivo. "El Divo", una de las obras por las que siempre se recuerda al fallecido Manolo Bello, y que en esta oportunidad la interpretó Manolo Gándara. Otra actuación de las que esponja el corazón, Argelio Bermúdez, con "Himno a la mujer canaria", en la que el que también fuera presidente de Gran Tinerfe reivindicó que la magia le acompaña.

Tomó el testigo Juan Enrique García, con "Moros del Riff", para poco después subir al escenario y tocar el cielo Candela González con "Barbero de Sevilla", en el fragmento "Me llaman la primorosa", e hizo gala de una voz así.

La voz aterciopelada de José Antonio, en la "Habaneras de Cádiz" combinó con la "Cantata del Mencey Loco", con Celso Gómez como solista.

Volvió a subir la intensidad del acto con "El Trust de los Tenorios", con Badel Albero, y a continuación Besay Pérez, en "Marina". Hasta ese momento no fue un concierto fiel a esas actuaciones de El Cabo cargadas de intensidad y garra en la ejecución, más bien fue un paseo por la técnica y para deleitarse en la orquesta de pulso y púa, en el coro y en particular en los solistas de ayer y hoy. El reencuentro con el estilo del fundador, Faustino Torres, y la evolución que hoy representa Israel Espino.

El momento de El Cabo, ese que pone los pelos de punta en cada certamen de rondallas, no faltó el sábado. Después de la ejecución de Candelaria González, Badel Albelo intervino para cantar "Granada" en lo que a la postre se convirtió en un mano a mano con Besay Pérez, que entró entre el patio de butacas como las grandes estrellas y juntos, tras quitarse las chaquetas, simular un duelo de solistas en una velada que demuestra la grandeza de El Cabo, la exquisitez de la rondalla y el enorme valor en exclusiva que aportan al Carnaval.