No solo el ya conocido rabo de gato, el "Pennisetum setaceum", supone un quebradero de cabeza para el equilibrio del ecosistema en el Macizo de Anaga. Otras plantas "invasoras" se desarrollan con fuerza en paralelo y tanto residentes como expertos coinciden en la necesidad de afrontar su erradicación para evitar que, como ya ocurre, desplacen a la vegetación autóctona. Entre esas especies exóticas introducidas en este espacio natural único sobresalen la enredadera ipomea, o campanilla, y la hoja cláusula.

La denominada popularmente como campanilla es una flor violeta con esa forma característica. En cuanto a la crassula (cláusula) se trata de una hoja verde que crece en formación muy compacta. La primera procede de México y otras zonas de Centroamérica y la segunda de África del Sur. La campanilla está considerada como una hierba nociva, a pesar de sus atractivas flores, e, incluso, sus semillas pueden tener un uso como droga psicodélica, En todo caso, contiene toxinas peligrosas. Ipomeas y cláusulas proliferan por todo el Macizo con especial incidencia en los caseríos de Chamorga, Taborno y Casas de la Cumbre.

En el caso de Chamorga están extendidas por toda la zona del colegio, hoy cerrado. Ocupan los márgenes de la carretera en sentido hacia las casas y la venta de Álvaro. Otro "punto negro" en este sentido es la zona llamada "Aguañac" en Casas de la Cumbre. "Esto está infestado", sentencian los vecinos del Parque Rural.

"Erradicar estas plantas -argumentan las fuentes- sería importante para el turismo en la Reserva de la Biosfera" Ayer mismo retornaba "Anaga a pie" con una ruta senderista de 7,5 kilómetros de Chamorga a Casas Blancas.

Control y Gestión Medioambiental de la Concejalía de Medio Ambiente es el servicio encargado de "luchar" contra estas especies. En un informe de esta misma semana sus técnicos indican respecto al rabo de gato -extensible en parte a estas especies- que "desde septiembre de 2016 se vienen realizando actuaciones de control y erradicación de flora exótica invasora. Para ello se ha dividido el Macizo de Anaga en dos ámbitos: la ladera sur, en la que se incluyen los núcleos urbanos y los valles, la ladera norte, con los núcleos rurales".

En el ámbito sur, añade el documento, "se realizan limpiezas en cunetas y zonas anexas de senderos y pistas municipales. En el norte y según un programa establecido en colaboración con la unidad de agentes del medio natural, se ha creado una zonificación en cuadrículas con el fin de controlar las actuaciones. Todas se realizan con la aplicación estricta del protocolo de retirada establecido por el Cabildo".

No es una tarea sencilla pero todo sea por acabar cuanto antes con estas "invasoras de Anaga".

Los vecinos de Anaga reclaman de nuevo más medios humanos y materiales "para limpiar los senderos antes de que lleguen las lluvias". Reiteran que "es necesario un mantenimiento continuo y más personal porque con una cuadrilla de cinco personas es imposible atender todo. Esperamos que Cabildo y Ayuntamiento de Santa Cruz lo tengan en cuenta y más con las cuadrillas municipales del convenio con el Servicio Canario de Empleo". Dan ejemplos como el del sendero de Taborno desde Casa Carlos con bifurcación a Afur, "en muy mal estado".