Javier Vera León, el vecino de La Salud que el pasado mes de marzo dio a conocer las dificultades para lograr una ayuda de Atención Social para adquirir una silla de baño para su abuelo discapacitado, denunció ayer la pérdida de sesiones de fisioterapia por los retrasos del Instituto Municipal de Atención Social (IMAS) a la hora de abonar las facturas a la profesional que ejerce esta labor, Davinia Pérez.

El joven aseguró que, desde hace unas semanas, su abuelo, Luis Léon Darias (88 años), diagnosticado de párkinson desde 2013, con una discapacidad indefinida desde 2016 y dependiente en grado 3, ha dejado de recibir una de las dos sesiones de fisioterapia semanales, "lo que afecta a su salud".

La razón, según explicó Vera, es el retraso en el cobro de las facturas que la fisioterapeuta que lo atiende ha pasado al IMAS desde octubre de 2016. "Se supone que pagaban en febrero o marzo, pero nada", indica.

Una cuestión que ella confirma y aclara: "Llevo todos estos meses sin cobrar nada. Pero yo tengo que emitir mis facturas y pagar los trimestres. Y nadie que sea autónomo hace facturas sin cobrar", añade.

Pérez reconoce que hasta ahora, y para no dejar de tratar al mayor discapacitado, había convenido con Javier que él pagara el 15% de las facturas entregadas, con el compromiso de que sería devuelto cuando recibiera el cobro por parte del IMAS. "Pero este sistema iba a generar una deuda difícil de afrontar", indica. Por eso ha decidido reducir las sesiones hasta que se concrete el abono del trabajo realizado hasta ahora.

Fuentes municipales consultadas al respecto, sin embargo, relacionan el impago relatado a la falta de justificación, por parte de Vera, de una ayuda que le concedió el IMAS, por valor de 3.000 euros, para rehabilitar la vivienda. En concreto, para adaptar el baño del tal forma que pudiera acceder su abuelo con silla de ruedas.

"Se le abonó en 2016 y está obligado a justificar el gasto de esa ayuda. Hasta que eso no se produzca no se le pueden dar otras", detallaron las fuentes.

Vera, sin embargo, dice no entender el argumento. Si bien reconoce que no ha justificado esa subvención -lo hará en dos semanas-, recuerda que, tras varios meses de espera, le fue concedida otra ayuda para que su abuelo tuviera una silla de baño adaptada. "¿Por qué pagaron la silla pero no le pagan a la fisioterapeuta?", se pregunta.

Y en este sentido, recuerda que la primera ayuda, para rehabilitar la casa, se tramitó como una prestación económica de atención social (PEA), y en las bases de este tipo de ayudas se aclara que si se debe algún dinero al ayuntamiento no se puede acceder a más ayudas.

Por el contrario, reitera: "Yo pedí hace poco la atención de ayuda a domicilio y la trabajadora social me dijo que para eso no me ponían reparos por no haber justificado el dinero".