"Desde que estoy en la Isla no he hecho otra cosa que estudiar y trabajar". Y, por lo que relata, ha sido mucho. Zaida Rodríguez es desde 2010 la única mujer que forma parte de la Unidad de Agentes del Medio Natural (guardas forestales) de Santa Cruz de Tenerife, un cuerpo que tiene antecedentes registrados en los archivos municipales desde el siglo XVIII (1750) -primero se les conoció bajo la denominación de alcaldes de agua-.

Palmera, de Barlovento, Rodríguez llegó como tantos otros vecinos de la Isla Bonita a Tenerife para estudiar, y aquí fijó su vida. Eso sí, sin olvidar la esencia del lugar desde donde partió.

Así, al menos, justifica su relación con el que ahora -y espera que para siempre- es su trabajo: cuidar el medio ambiente de Santa Cruz. "Me crié en contacto con el monte, la agricultura y el ganado. Me pasé la infancia cultivando papas, trabajando para ayudar en la economía familiar", relata Zaida Rodríguez.

El salto a la Unidad de Agentes Forestales de Santa Cruz, que forman 13 agentes, lo dio en 2010 tras superar una "dura" oposición nueve años antes. Y repite "dura" en varias ocasiones.

El lapso entre la prueba y la incorporación fue tan largo que le dio tiempo a prepararse varias oposiciones más, como la de operaria del Cabildo y educadora para centros del IASS, que también superó con éxito. También trabajó durante varios años en el Hospital Universitario de Canarias (HUC) como auxiliar de enfermería.

Sin embargo, las dificultades para llevar a los niños, aún pequeños, al colegio, la condujeron a dejar el trabajo y pasar a formar parte -ironiza- de la empresa "más grande del país: el INEM".

En cualquier caso, no desaprovechó el tiempo. En su constante intento de formarse estudió Magisterio y llegó a aprobar otro proceso selectivo para trabajar en centros de menores. Fue, precisamente, preparando las oposiciones para ejercer como maestra, cuando pasó de la lista de reserva que ocupaba desde 2001 a la Unidad de Montes que tiene su sede en Casas de la Cumbre.

¿Y será definitivo este trabajo? "Vamos a ver si consolidan las plazas de interinos", subraya Zaida, haciendo referencia a la categoría que, como la de ella, tienen otros cinco compañeros de trabajo. "Sería lo deseable para contar con más seguridad laboral, porque siempre estamos con la mosca detrás de la oreja", añade.

Es más, consciente del esfuerzo que, como ella, hicieron otros compañeros para superar el proceso selectivo, confía en que más pronto que tarde se incorporen a trabajar, como ella, las personas que aún forman parte de aquella lista.

Mientras eso ocurre, tanto Zaida como sus compañeros no dejan de instruirse. "Hacemos cursos de formación para actualizar la normativa, además de otros aspectos como la investigación de incendios o delitos ecológicos", precisa.

Y es que aunque reconoce que cada vez la gente está más concienciada y, por tanto, hay que recurrir menos a las sanciones, "siempre debes tratar con algún rebotado". Es lo que tiene ser guardián del medio ambiente en un territorio tan frágil.

funciones

Inspección y Policía Forestal. Vigilancia, inspección y policía forestal para la protección de los montes, litoral, etc. Tramitación de las actas de inspección y, en su caso, la investigación de los delitos.

Seguridad Ciudadana y Protección Civil. Entre otras, prestación de servicio de seguridad integral a la población y las personas visitantes de los núcleos en la superficie municipal del Parque Rural de Anaga y del resto del municipio. Colaboración en la implantación del PEMU.

Conservación del medio. Inspección y vigilancia de los aprovechamientos y talas forestales, y control y vigilancia de la flora y fauna protegida, entre otras.

Promoción del uso público. Informes y mantenimiento relativos al inventario de sitios singulares, senderos municipales, etc. Control de las actividades de acampada en los montes y espacios naturales del municipio.